Las fuerzas derechistas ganaron las elecciones parlamentarias en Hungría y acabaron con ocho años de administración de los socialistas. La Alianza de Jóvenes Demócratas (Fidesz) obtuvo el 52 por ciento de los votos seguido del Partido Socialista Hungaro (MSZP), con el 19 por ciento y los ultraderechistas Jobbik (Los mejores) con el 16 por ciento.

Hungría dio un giro histórico a la derecha y la extrema derecha. Jobbik estrena representación parlamentaria tras su creación en 2003, al igual que la izquierda ecologista del LMP (Otra política posible), que reunió el 7,4 por ciento de los votos.

Con la mayoría de dos tercios en el Parlamento, Fidesz puede, como prometió, modificar la Constitución, reformar el sistema impositivo, reducir los impuestos, combatir el mercado negro, simplificar la estructura burocrática y llevar a juicio a los funcionarios corruptos. Sin embargo, recién habrá mayor claridad al respecto después de la segunda vuelta electoral en dos semanas, el 25 de abril, que tendrá lugar en los distritos donde no hubo hoy un claro ganador.

El jefe de la Fidesz, Viktor Orban, regresará al poder tras ocho años en la oposición. “Mañana nos despertaremos en una nueva nación”, prometió ya al emitir su voto. En tanto, los gobernantes socialistas parecieron asumir su fuerte pérdida de votos con resignación. “Espero que se fortalezca a aquellas fuerzas que quieren mantenerse en la senda del desarrollo europeo y democrático”, aseveró el primer ministro Gordon Bajna ante su local electoral.

Aparentemente los socialistas fueron castigados por los votantes por su gobierno en parte caótico durante los últimos años, por sus medidas de reforma y ahorro y los escándalos de corrupción. El gobierno de Ferenc Gyurcsany, en el poder desde 2004, debió dimitir hace un año debido a la pérdida de credibilidad. Gyurcsany reconoció haber mentido sobre la situación económica del país para asegurarse la reelección. Su “discurso de la mentira” desató además en otoño de 2006 violentas protestas de derecha y extrema derecha.