EL MUNDO › LA CONCERTACIóN SE MOSTRó ATENTA A LA TAREA DE LEVANTAR CHILE E IMPLACABLE CON EL GOBIERNO DE DERECHA
La coalición de centroizquierda chilena se dio cita en Santiago para replantearse los pasos a seguir como oposición y para dejarle en claro al mandatario que los proyectos de reconstrucción no deben ser negocios.
› Por Christian Palma
En Estados Unidos, pero con una oreja en Chile, específicamente en lo que sucedió en el estadio El Llano, en la populosa comuna de San Miguel de esta capital, estuvo ayer el presidente Sebastián Piñera. Esto porque si bien se codeó con Barack Obama o intervino en el prestigioso centro de estudios Brookings Institution –en el marco de la Cumbre de Seguridad Nuclear que se desarrolla en Washington–, a miles de kilómetros de ahí, en Santiago, los cuatro ex presidentes de la Concertación –con mayor o menor magnitud– lanzaban ojivas al corazón del nuevo gobierno de derecha, a poco más de un mes de llegado a La Moneda.
Esto en una cita ampliada que aglomeró a buena parte de la coalición que perdió el poder en enero pasado y que intenta –a duras penas– levantarse en medio de divisiones, recriminaciones internas y elecciones en sus partidos más importantes a la vuelta de la esquina.
Atento a ello, Piñera además de entregar más luces de lo que será su plan económico para reconstruir las regiones devastadas por el terremoto del pasado 27 de marzo, reiteró en Estados Unidos el llamado a la unidad nacional para superar los efectos de la tragedia y puso de relieve el esfuerzo de su gobierno para lograr un consenso con la oposición de cara a las tareas de reconstrucción. “Vamos a necesitar estar muy unidos para hacer frente a los problemas causados por el terremoto, y por eso estamos tratando de generar un consenso en el país en cuanto a cómo encarar esta tragedia, y la esperanza es que la oposición se presente de manera constructiva”, destacó Piñera, cuya administración anunció el envío al Congreso de dos proyectos para financiar las obras.
Ambas iniciativas contemplan movilizar recursos por unos 10.000 millones de dólares, obtenidos de políticas de austeridad fiscal, aumento de impuestos, venta de activos estatales prescindibles, endeudamiento público, ahorros externos y donaciones particulares.
En esta, la segunda gira presidencial de Piñera –ya estuvo en Argentina y Brasil la semana pasada–, lo acompañaron los senadores de la oposición Ignacio Walker (DC) e Isabel Allende (PS), quienes criticaron que Piñera solicitara el domingo a los parlamentarios aprobar con celeridad los proyectos de reconstrucción, sin siquiera haberlos enviado al Parlamento. Las palabras de los legisladores en Estados Unidos fueron sólo la antesala de lo que estaba por suceder en Chile.
En el denominado cónclave de la Concertación, uno a uno los cuatro ex presidentes de la República fueron delineando sus posturas frente al nuevo gobierno y a la reconstrucción del país. El primero en abrir los fuegos fue el DC Patricio Aylwin (1990-1994), quien instó al ahora bloque opositor a reconquistar confianzas convirtiéndose en un grupo propositivo: “La gente no entendería otra actitud de nosotros”, dijo, advirtiendo que el tono y la forma de las relaciones lo fija el gobierno “y no basta con declaración de intenciones, se requiere coherencia entre los dichos y los hechos”. Fiel a su estilo, también hubo tiempo para la autocrítica: “Las tareas de futuro para los partidos de la Concertación es no abandonar nuestra institucionalidad política, pues cuesta entender las formas erradas en que siguen funcionando nuestros partidos”.
Acto seguido, habló el también DC, Eduardo Frei (1994-2000). Usando el mismo estilo confrontacional de campaña –donde fue derrotado por Piñera–, sostuvo que “si creen que porque perdimos la elección nos vamos a dispersar y vamos a entrar en un proceso de fagocitación, están profundamente equivocados. Les recomiendo que esperen sentados aquellos que están haciendo los pronósticos”. Junto a ello dijo que ahora “el espíritu de servicio público brilla por su ausencia”, al criticar la concentración del poder político, económico y mediático generado con la llegada de la derecha a La Moneda. “Chile no merece una involución de esta magnitud”; “no hay una separación clara y transparente de política y los negocios”, subrayó.
Otra de las alocuciones esperadas fue la del socialista Ricardo Lagos (2000-2006), quien de entrada dijo que “ser oposición nos obliga también a mirar qué es lo que nos ocurrió. Tengo la firme convicción de que esta derrota era perfectamente evitable”. Adicionalmente, sostuvo que “en la campaña presidencial reciente todos los candidatos descubrieron que la distribución del ingreso en Chile era inequitativa y que hay que tomar medidas, el momento de tomar medidas es aquí y ahora a partir del terremoto”, pasándole el guante a la derecha.
“Un quinto gobierno hoy habría sido infinitamente más importante, porque la forma de enfrentar estos cataclismos y estos terremotos son distintas según quién sea el que esté en la conducción, porque un terremoto en la historia de Chile nos ha enseñado que siempre lo que de allí surge es un paso grande hacia adelante en la dirección de aquellos que lo quieren conducir. La reconstrucción no es una suma de acciones, ni una oportunidad para hacer negocios; en eso nuestra visión difiere de la derecha, esta no es tarea de empresarios viendo dónde les conviene invertir”, indicó.
Finalmente, y en una de las participaciones más esperadas, la ex presidenta Michelle Bachelet (2006-2010), que se vislumbra como el referente político de la nueva Concertación, dijo que “el país sin duda necesita de nuestra voz para la reconstrucción, la voz de quienes tenemos una concepción humanística de la política, una concepción participativa, una concepción de lo público y sin conflicto de intereses. Porque quiero decir algo... se puede participar en lo público sin tener conflicto de intereses, se trata de tener vocación de servicio público y nosotros lo sabemos bien”, manifestó en otra clara alusión a Piñera.
Si bien el foco del encuentro opositor sería la reconstrucción del país, las alocuciones de los ex mandatarios aclararon el camino por dónde transitará la política en Chile. Una oposición atenta a la tarea de levantar Chile, pero implacable contra el gobierno. Desde la otra vereda, el consenso será la piedra angular de la administración, dado que se necesita apoyo parlamentario de muchas iniciativas; sin embargo, Piñera y sus ministros deberán ser muy astutos para avanzar. El cónclave de la Concertación lo dejó muy en claro.
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