EL MUNDO
› LOS NORCOREANOS SUBEN LA AMENAZA DE ARMAS ATOMICAS
El eje más malvado del mundo
Corea del Norte levantó la vigilancia de la ONU sobre una planta nuclear y acusó a EE.UU. de usar a Irak para preparar un ataque a Pyongyang, que como Bagdad forma parte del Eje del Mal.
Por John Gittings *
Desde Hong Kong
Corea del Norte apretó la crisis en la península dividida al dar un paso crucial hacia el restablecimiento de su suspendido programa nuclear. Pyongyang confirmó ayer que removió los dispositivos de vigilancia de la ONU en su planta de Yongbyon, que está bajo inspección hace ocho años en virtud de un acuerdo internacional. Corea del Norte ha sido sospechada de hacer plutonio en dicha planta para ser montado en distintos tipos de armas. Vinculando por primera vez esta crisis nuclear con los planes de guerra de Estados Unidos contra Irak, Pyongyang argumentó que dicha guerra será el “test preliminar” para una acción norteamericana contra Corea del Norte. En una declaración anterior, Pyongyang había advertido que “si Estados Unidos tiene el derecho de usar armas nucleares, nosotros también”.
La Agencia Internacional de Energía Atómica (AEAEIA) anunció que Pyongyang ha roto la mayoría de los precintos y desactivó las cámaras ubicadas en el lugar. Dichas cámaras verifican el cumplimiento de un acuerdo con Estados Unidos en 1994 por el que Corea del Norte congelaba su programa nuclear a cambio de ayuda externa para su destrozada economía. Pyongyang acusa a Estados Unidos de “romper sistemáticamente” el acuerdo y afirma que la Administración Bush está planeando “comenzar una guerra nuclear contra nosotros”. La agencia de noticias norcoreana dijo ayer que “se trata del modo invariable en el que el Partido Democrático del Pueblo de Corea del Norte reacciona de la manera más enérgica a la política imperialista de línea dura”. Pyongyang insiste en que la planta está siendo rearmada solamente para generar electricidad con fines pacíficos, mientras insinúa que aún pueda producir sus propias armas nucleares.
El secretario de Estado norteamericano, Colin Powell, discutió durante el fin de semana la situación con altos funcionarios de China, Corea del Sur, Japón y Rusia. “La comunidad internacional se ha acercado a Corea del Norte para asistirla en los serios problemas que tiene, como la extrema pobreza”, declaró Lou Fintor, un vocero del Departamento de Estado. “Este esfuerzo ha sido socavado por la persistencia de Corea del Norte en seguir adelante con un programa nuclear encubierto y por las últimas acciones en ese sentido”.
La movida norcoreana llega en el momento más inconveniente posible para el presidente electo de Corea del Sur, Roh Moo-huyn, que ganó los comicios la semana pasada basado en una plataforma favorable a continuar la política de acercamiento de Seúl. La noticia de ayer lo pone a la defensiva mucha antes de que asuma el cargo, en febrero. Corea del Sur reclamó que su vecino del norte “restaure inmediatamente” el equipo de vigilancia en Yongbyon. En conversaciones diplomáticas urgentes, Estados Unidos y Corea del Sur acordaron buscar la ayuda de Rusia y China para mantener a raya a Pyongyang.
Anteayer había un ambiente esperanzado en Corea del Sur cuando Corea del Norte calificó la victoria de Roh en términos que los funcionarios de Seúl describieron como “una bienvenida apenas velada”. La radio estatal norcoreana dijo que la derrota del candidato conservador surcoreano “demuestra el hecho de que siempre es la derrota lo que le espera a quien agita la confrontación”.
Algunos observadores sugieren que, en la medida en que jugar la carta nuclear le ha dado beneficios en el pasado, el líder supremo de Corea del Norte, Kim Jong-il, está intentando con la misma táctica una vez más. También refleja la “mentalidad de cuartel” de un régimen que no tiene otra manera de salir de su situación mientras enfrenta la hostilidad de la potencia más grande del mundo. Otros expertos especulan que la oposición al acercamiento está muy arraigada en el ejército norcoreano, que nuncaolvidó cómo fue luchó hasta el cese del fuego en la guerra de Corea (19501953) por una coalición encabezada por Estados Unidos.
Corea del Norte sigue argumentando que hay una solución simple a esta crisis: todo lo que necesita Estados Unidos es reconocer a Pyongyang y firmar un tratado de no agresión. Y señala que la crisis actual creció por la decisión unilateral de Estados Unidos de abandonar su compromiso de proveer combustible en compensación por la no utilización de la electricidad como fuente de energía.
* De The Guardian de Gran Bretaña. Especial para Página/12.