EL MUNDO › SEGúN ESTAMBUL YA HABRíA UNA FóRMULA DE CONSENSO PARA EL INTERCAMBIO DE URANIO DE TEHERáN
El presidente brasileño se reunió ayer con su par iraní Mahmud Ahmadinejad. Una buena señal la dio el primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, quien se sumó a las conversaciones para destrabar la tensión con EE.UU. Habría acuerdo según dijo Turquía.
“Optimismo” es la palabra con la que la Cancillería brasileña definió el avance de las negociaciones con Irán por la cuestión nuclear. Luiz Inácio Lula da Silva arribó ayer a Teherán para reunirse con Mahmud Ahmadinejad. Una buena señal llegó de la mano del primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, quien se sumó a las conversaciones para descomprimir la tensión entre Teherán y Washington. El canciller turco se arriesgó a adelantar que habría una fórmula común para el intercambio de urnio iraní.
“El presidente sigue optimista sobre las discusiones en torno del expediente nuclear”, hizo saber una fuente de la comitiva que acompañó a Lula. Sin embargo, por lo que trascendió, en el primer encuentro entre Ahmadinejad y Lula no se abordó directamente la disputa nuclear que los iraníes mantienen con las potencias occidentales, pero sí se concretó un acuerdo comercial bilateral entre ambas naciones por 10 mil millones de dólares. Pero desde la Cancillería brasileña se filtraron las expectativas de llegar a buen puerto.
A pesar de que no se esperaba su presencia, ya que estaba molesto por la falta de predisposición iraní a hacer concesiones, Erdogan realizó un viaje relámpago a la capital iraní. Poco antes de su llegada, habló de los importantes contactos que Estambul había tenido con la administración de Ahmadinejad. “Vamos a encontrar una oportunidad para el lanzamiento del proceso de intercambio de uranio”, declaró, y explicó su viaje por la chance de que este intercambio se produzca con Turquía. Esta visita es “una muestra del progreso en las negociaciones nucleares”, manifestó el portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores iraní, Ramin Mehmanparast.
Lula aterrizó en la república islámica en medio de una gira para realizar acuerdos comerciales, que primero lo llevó a Rusia. Además, hoy participará de la cumbre del Grupo de los 15 que se llevará a cabo en la capital iraní y de la que se bajó días atrás el venezolano Hugo Chávez.
La mediación brasileña es presentada por Estados Unidos como “la última oportunidad” que tiene Irán antes de que el Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) ordene las sanciones que Washington viene impulsando. Tanto portavoces estadounidenses como rusos habían coincidido en que su mediación sería la última chance para la nación persa.
Actualmente, Brasil y Turquía integran como miembros temporarios ese órgano de la ONU. La llegada de Erdogan puede ser vista como un espaldarazo a Lula, que carece de demasiados argumentos de poder a la hora de sentarse a negociar. En esta oportunidad se volverá a poner a prueba el tándem Brasilia-Estambul, que hace un mes le reclamó a Barack Obama que revea su intención de sancionar a Irán.
El gigante sudamericano ve con buenos ojos que Teherán tenga un programa de desarrollo propio de uranio, aunque les reclama a los persas que den garantías de sus intenciones pacíficas, en contrapartida a lo que denuncia la Casa Blanca como la intención iraní de desarrollar la bomba atómica. Como única mención a esta cuestión, Ahmadinejad agradeció al presidente brasileño “su apoyo a los derechos de la nación iraní y sus posiciones para reformar el orden mundial”, como indicó el portal de la presidencia iraní. Y agregó: “Algunos países que controlan los centros de decisión política, económica y mediática del mundo no quieren que otros progresen”, en lo que pareció una referencia a la movilización de las potencias occidentales contra su empeño por enriquecer uranio.
Por su parte, el canciller turco, Ahmet Davutoglu, llegó a Irán para sumarse a las negociaciones, cuyo interés fundamental es volver a discutir la propuesta formulada en octubre pasado por las grandes potencias. En ese momento se había pensado la posibilidad de que algún país poderoso, inicialmente Francia o Rusia, a los que ahora se suma la alternativa de Turquía, por dichos de su mandatario, se ocupara de enriquecer el uranio que los iraníes después emplearían en sus reactores.
El responsable de la Cancillería turca se animó a manifestarle a la prensa extranjera que ya habría un acuerdo. Los brasileños fueron más cautos y sólo mostraron esperanzas. A pesar de que el líder brasileño cosechó en los últimos días el apoyo francés y ruso, Washington sigue las negociaciones con su escepticismo habitual, mientras busca más aliados para imponer las sanciones a Ahmadinejad. Cualquier anuncio, positivo o negativo, de las negociaciones se dará en el marco del encuentro del G-15 de los países no alineados, que termina hoy en la capital iraní.
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