Esta vez lo hicieron con tacto y precaución. Los israelíes esperaron que amaneciera, abordaron desde los costados y no desde el aire con helicópteros y no dispararon ni un solo tiro. Los once activistas propalestinos y los ocho tripulantes que viajaban en el barco de bandera irlandesa, en tanto, los esperaron sentados en el centro de la cubierta. Según el Ejército israelí, los activistas les dieron luz verde para tomar la embarcación. Sin embargo, desde Chipre la organización Free Gaza desmintió esa versión y denunció que el barco Rachel Corrie estaba todavía en aguas internacionales cuando lo interceptaron las lanchas israelíes. Tel Aviv no sólo no lo negó, sino que lo confirmó. La última embarcación de la ya famosa Flotilla de la Libertad estaba a 55 kilómetros de la costa de la Franja de Gaza, a casi 20 kilómetros de la zona de exclusión impuesta en 2006 por el gobierno de Israel.

El operativo fue filmado por las fuerzas israelíes. Sin sonido y desde el aire se puede ver cómo dos lanchas escoltaron al barco de bandera irlandesa, a marcha extremadamente lenta, hasta el puerto israelí de Ashdod. Ahí se cortan las imágenes. No se vio a los activistas descender detenidos, ni a las fuerzas israelíes hurgando entre la carga de ayuda humanitaria en busca de supuestos misiles iraníes. Lo único que se sabe es lo que informó la vocera del servicio de Inmigración israelí, Sabine Haddad. “Todas esas personas serán interrogadas antes de ser expulsadas en los más breves plazos posibles”, explicó la funcionaria y confirmó que todos los detenidos fueron trasladados al aeropuerto internacional Ben Gurion. Según explicó el Ejército, la carga sería transportada por tierra, por ellos, a la Franja. Hamas ya adelantó que no aceptará nada que haya sido confiscado por las fuerzas israelíes.

Al cierre de esta edición, las autoridades israelíes intentaban que todos los activistas firmaran un papel en el que renunciaban a recurrir a la justicia israelí para evitar la deportación. Según Haaretz, la mitad del grupo ya había firmado el documento y saldrían del país hoy. Los otros tendrían que esperar hasta 72 horas para ser recibidos por un juez.

El gobierno israelí intentó imprimir una sensación de normalidad y legalidad a todo el proceso. Sin embargo, fuera de sus fronteras, el abordaje del segundo barco y la detención de los activistas fue nuevamente repudiado. “La ley humanitaria internacional prohíbe someter a la población civil al hambre como represalia de guerra, de la misma manera, está prohibido el castigo colectivo a civiles”, condenó la alta comisionada para los Derechos Humanos de la ONU, Navi Pillay.

Mientras tanto, en el corazón de Israel, Tel Aviv, unas seis mil personas salieron a las calles para repudiar los ataques contra barcos humanitarios, cuyo único objetivo es transportar alimentos y bienes básicos a la empobrecida y devastada Franja de Gaza. Las protestas multitudinarias se repitieron en Barcelona, Londres, Dublín y París.

Desde Chipre, en tanto, la vocera del movimiento internacional Gaza Free, uno de los organizadores de la flotilla humanitaria, adelantó que ya están planeando nuevos viajes hacia el territorio palestino ocupado. Según adelantó Greta Berlin, cuatro capitanes ya se ofrecieron para timonear las embarcaciones e intentar romper el bloqueo israelí.