Barack Obama designó ayer a su nuevo jefe de la Dirección Nacional de Inteligencia. Se llama Jim Clapper y es un ex general de la Fuerza Aérea y había sido designado por George Bush hijo como director de la Agencia de Información del Departamento de Defensa. “Después de cuatro décadas al servicio de Estados Unidos, Jim es uno de los profesionales del espionaje más respetados del país”, aseguró Obama al presentar al oficial retirado que tendrá la difícil tarea de coordinar todas las agencias de Inteligencia norteamericana.

La Dirección Nacional de Inteligencia se creó tras la invasión a Irak, en 2003, para evitar la falta de comunicación y la competencia entre las agencias de espionaje. Sin embargo, desde entonces la jefatura del organismo ya cambió de manos cuatro veces. El 20 de mayo pasado, el anterior zar de Inteligencia, Dennis Blair, presentó su renuncia tras dos grandes errores: el primero, el fallido atentado de Navidad a bordo de un avión y el segundo, el 1° de mayo pasado, en Times Square. En los dos casos se comprobaron errores de inteligencia y falta de coordinación entre los entes responsables.

Por eso Clapper llega con mucha presión y una gran lupa sobre su cabeza. Esta semana, cuando comenzó a circular su nombre como un posible reemplazo de Blair, los medios norteamericanos describieron al ex general como un “padrino del espionaje humano”, un hombre con la capacidad y el conocimiento para poder combinar todas las herramientas posibles del espionaje –diplomacia, satélites, escuchas telefónicas, seguimientos, infiltrados.

Aún debe ser ratificado por el Senado, en donde Obama mantiene una mayoría escasa. Algunos republicanos ya lanzaron algunas críticas sobre la designación, sin embargo es poco probable que lo rechacen. Después de todo, fue la mayoría republicana de los años de Bush la que lo ratificó, primero como director de la Agencia de Inteligencia Geospacial y luego como director de la Agencia de Información del departamento de Defensa.