La violencia parece no tener fin en México. El candidato a gobernador de Tamaulipas por el Partido Revolucionario Institucional (PRI), Rodolfo Torre Cantú, fue asesinado ayer en una emboscada. El próximo domingo se celebrarán elecciones en ese estado y en otros trece. La campaña está detenida por duelo, pero de cancelar los comicios, ni se habla.

Torre Cantú tenía 46 años, era médico y candidato del PRI para gobernador de uno de los estados mexicanos más golpeados por la violencia del narcotráfico. Lideraba las intenciones de voto para las elecciones del domingo, pero ayer fue atacado a tiros cuando iba por la ruta hacia el aeropuerto en Ciudad Victoria, en Tamaulipas (norte). Según informó el diario La Jornada, un convoy de siete camionetas atacó el vehículo en el que se trasladaba el político. Extraoficialmente trascendió que los atacantes cruzaron un camión de remolque para interceptar al candidato y disparar varias ráfagas.

El Ministerio Público mexicano informó que, al menos, seis personas fallecieron. Uno de los asesinados podría ser el diputado local Enrique Blakmore Smer. Cuatro personas resultaron heridas y están hospitalizadas. Algunas fuentes descartaron que el candidato haya sufrido amenazas de muerte, lo que podría confirmarse por las pocas medidas de seguridad que tomaba para trasladarse en plena campaña.

El homicidio puso en jaque la tranquilidad de la clase política mexicana. Se trata del segundo ataque más grave desde que en 1994 asesinaran en Tijuana al candidato del PRI para las elecciones presidenciales, Luis Donaldo Colosio. Torre Cantú competía por el gobierno de Tamaulipas como postulante de la alianza Todos Tamaulipas, encabezada por el PRI e integrada además por el Partido Verde Ecologista de México y Nueva Alianza.

Después de que la noticia tomara estado público, el presidente Felipe Calderón convocó al Consejo de Seguridad interno. Fue el secretario de la Gobernación, Fernando Gómez Mont, el encargado de llamar al gabinete de seguridad y ofrecer colaboración a las autoridades de Tamaulipas en las investigaciones. El funcionario federal catalogó el hecho como un acto execrable y llamó a dar con los responsables para llevarlos a la Justicia. Gómez Mont condenó el sangriento ataque y se hizo eco de la indignación que recorre a toda la sociedad mexicana.

Las definiciones llegaron de la mano de Calderón, tras la reunión con sus asesores de seguridad. El mandatario afirmó que lo ocurrido no constituye un ataque hacia un ciudadano sino contra las instituciones democráticas y la sociedad entera. “El crimen organizado representa la mayor amenaza contra la seguridad y la tranquilidad de los mexicanos”, sentenció el presidente. Tras justificar que la batalla sería contra un enemigo que no conoce límites, Calderón reclamó una respuesta unida y firme.

El principal competidor de Torre Cantú, José Julián Sacramento, se solidarizó con las familias de las víctimas. El hombre del oficialista Partido de Acción Nacional (PAN) canceló los cierres de campaña que tenía previstos hasta el miércoles próximo y desmintió haber recibido amenazas. El próximo domingo 4 de julio se celebrarán elecciones en doce estados mexicanos para elegir gobernadores. En otras dos provincias, se escogerán alcaldes y diputados locales. Ninguna de las dos fuerzas principales mencionó la posibilidad de atrasar las elecciones. Muy por el contrario, el PAN llamó a responder a la violencia de ayer con una participación electoral masiva. Pero las últimas semanas han estado complotando contra la tranquilidad de los votantes. Los ataques a sedes partidarias y a candidatos lo dejan en evidencia.

Tamaulipas, al igual que Chihuahua, son los estados más castigados por la violencia narco y el domingo deberán ir a las urnas. Tamaulipas, estado fronterizo con Texas, es sede del denominado cartel del Golfo, que está en guerra contra los Zetas, los ex militares reclutados por el grupo narco que formaban su antiguo brazo armado. Se disputan, nada más y nada menos, que el control del territorio y las rutas para traficar drogas.

El último asesinato en esta campaña ocurrió, también, en Tamaulipas el 13 de mayo. José Mario Guajardo, precandidato del oficialista PAN a la alcaldía del municipio de Valle Hermoso, fue asesinado a balazos junto a su hijo y su chofer. El PAN denunció entonces que varios de sus candidatos a alcaldes en ese estado norteño venían recibiendo amenazas del crimen organizado. La violencia atribuida a los grupos narcos ha dejado casi 23 mil muertos en México desde que el presidente Calderón desplegó más de 60 mil policías federales y militares en todo el país para contrarrestar la influencia de los grupos criminales. Sin embargo, la mayor presencia policial no puso fin a las ejecuciones sino todo lo contrario.