El liberal Bronislaw Komorowski venció ayer en segunda vuelta al ultraconservador Jaroslaw Kaczynski. Hace unas semanas habían disputado el cargo, pero ninguno de los dos políticos había logrado alcanzar el 51 por ciento de los votos. La Comisión Electoral informó ayer que, con el 95 por ciento de las papeletas escrutadas, Komorowski obtuvo el 52,63 por ciento de apoyos, frente al 47,37 por ciento de su rival.

Los comicios fueron adelantados tras la muerte del jefe de Estado, Lech Kaczynski, fallecido el 10 de abril en una tragedia aérea, en la que también perdieron la vida las 95 personas que lo acompañaban. El candidato conservador, Jaroslaw Kaczynski, era precisamente el hermano gemelo del anterior presidente y el más duro de los dos. Enseguida asumió la derrota, aún antes de que el boca de urna lo anunciara. “Quiero felicitar a Komorowski”, dijo el político de 61 años. “Tenemos que seguir luchando para ganar las próximas elecciones parlamentarias”, agregó visiblemente emocionado al recordar a su hermano fallecido.

Los datos difundidos confirman una participación del 55,29 por ciento, ligeramente superior a la registrada en la primera vuelta del pasado 20 de junio. Komorowski cosechó apoyos en el oeste, la zona más próspera de Polonia, y en las principales ciudades. Su adversario, en cambio, obtuvo más votos en el este y en las áreas rurales. En la primera vuelta, el liberal había sumado el 41,5 por ciento de los votos mientras que el conservador se había situado cinco puntos por detrás. Ayer se reeditó la tendencia.

Komorowski se candidateó por la Plataforma Cívica. No se esperaba su presentación a elecciones por esa fuerza sino la de Donald Tusk, quien prefirió quedarse como primer ministro. Algunos analistas internacionales plantean, por ello, la duda acerca de si el flamante presidente electo tendrá iniciativa propia o seguirá los designios de Tusk. Komorowski tiene 58 años y es conocido por una moderación, que algunos tildan de apatía o falta de carisma. Al igual que los gemelos Kaczynski luchó contra el régimen comunista. Fue en esos años un editor y periodista muy crítico con el régimen, por lo que pasó gran parte de los años ‘80 en la cárcel. A diferencia de su competidor en la segunda vuelta, tiene una perspectiva más europeísta. Es un liberal moderado, pero con fuertes raíces católicas. Cuenta con el aval de los sectores urbanos y de los profesionales jóvenes.

Frente a un país visiblemente dividido, Komorowski lanzó un mensaje de unión. “Soy el presidente de todos los polacos”, se proclamó quien actualmente desempeña ese cargo desde la muerte del anterior mandatario, dado que la Constitución polaca establece que en ausencia de los titulares del Ejecutivo, el presidente del Parlamento asuma ese puesto. “Hoy ha ganado la democracia”, sostuvo el referente de Plataforma Cívica.