El disidente cubano Guillermo Fariñas sigue en huelga de hambre y su salud se deteriora cada vez más. Ayer responsabilizó a los hermanos Raúl y Fidel Castro por su inminente muerte. El ministro español de Exteriores, de visita en Cuba, descartó reunirse con el opositor. Mientras que el viceministro cubano de Cultura denunció un doble rasero internacional para La Habana.

“Consciente estoy de mi próximo fallecimiento y lo considero un honor”, sentenció el periodista y psicólogo de 48 años. Fariñas difundió por Internet una carta en respuesta a un artículo publicado en el diario oficial Granma. Según el disidente, la publicación no remarcó que se encuentra en huelga de hambre para reclamar la excarcelación de 25 presos políticos enfermos. “Considero que debido a mi estado de gravedad, han usado el humanitarismo de los médicos para ir preparando a los medios de prensa internacionales para mi futuro deceso”, dijo el hombre que lleva más de 130 días sin ingerir alimentos y que acusa directamente a las autoridades comunistas.

En la isla reconocen que Fariñas está en peligro de muerte, producto de un trombo alojado en la yugular. “Tiene la mejor atención del mundo”, remarcó desde Viena Fernando Rojas, el viceministro cubano de Cultura. El opositor está alojado en el hospital de Santa Clara, a 200 kilómetros de La Habana. Fariñas rechazó salir de la isla para recibir otra atención médica y afirmó que quiere morir en Cuba. Fariñas inició el ayuno el 24 de febrero, después de la muerte del preso opositor Orlando Zapata, que había mantenido una huelga de hambre por 85 días. El deceso de Zapata desató una ola de críticas de Estados Unidos y Europa y la mirada volvió a posarse sobre los denominados presos políticos en La Habana. Por ello, Rojas destacó que la medida adoptada por Fariñas centró la atención en asuntos que son competencia de la isla y denunció un doble rasero internacional a la hora de reclamarle a Cuba ciertas acciones, como la liberación de los encarcelados.

Se conoció ayer que la oposición calcula que unos 167 presos políticos están alojados en las cárceles cubanas, la cifra más baja denunciada en los últimos cincuenta años. El presidente de la no oficial Comisión Cubana de Derechos Humanos, Elizardo Sánchez, señaló que existe una alta posibilidad de que unos 30 o 40 prisioneros sean liberados en los próximos días. Chile ya les prometió refugio a algunos de ellos.

Entretanto, el ministro español de Asuntos Exteriores, Miguel Angel Moratinos, aterrizó anoche en La Habana. El funcionario no se entrevistará con la oposición y cerraría su visita mañana con un encuentro con el presidente Raúl Castro. Moratinos buscará mediar entre los disidentes y el gobierno cubano, que en los meses anteriores ha venido excarcelando a disidentes enfermos y trasladando a otros presos a penales cercanos a sus lugares de origen. Si esta tendencia se mantiene, el ministro podrá convencer a la Unión Europea de que suavice la relación con la isla, de acuerdo con lo informado por la prensa ibérica.