EL MUNDO › PARO DE TRANSPORTE Y MOVILIZACION EN LAS CALLES
La huelga convocada para ayer fue la sexta desde febrero pasado, cuando se pusieron en marcha las primeras medidas de austeridad del gobierno socialista del primer ministro Giorgos Papandreu.
Una nueva huelga general en Grecia paralizó ayer a los transportes ferroviarios, marítimos y aeroportuarios, al tiempo que miles de griegos salieron a las calles a protestar contra la reforma del sistema de jubilaciones adoptada el miércoles por la noche por el Parlamento. La huelga convocada para ayer fue la sexta desde febrero pasado, cuando se pusieron en marcha las primeras medidas de austeridad del gobierno socialista del primer ministro, Giorgos Papandreu.
Unas 12.000 personas participaron en una manifestación en el centro de Atenas, convocada por las dos mayores centrales sindicales del país –GSEE del sector privado, y Adedy, de los funcionarios públicos–. En Tesalónica, segunda metrópolis griega situada en el norte del país, unas 5000 personas desfilaron por el centro de la ciudad. Otra concentración, también de varios miles de personas, se llevó a cabo en otro barrio de Atenas, convocada por el PAME –frente sindical del ultraortodoxo Partido Comunista, KKE– con pancartas que exigían “que la plutocracia pague la crisis”.
Una gran parte de los servicios públicos en Grecia quedó paralizada ayer por la sexta huelga general, contra el plan de ajuste y la reforma del sistema de pensiones del gobierno. Todos los servicios de transbordadores que comunican el puerto de El Pireo con las islas griegas del mar Egeo se suspendieron. En Atenas dejaron de circular los trenes del metro y los autobuses. También permanecieron cerradas todas las oficinas públicas, incluyendo los ministerios, los museos y las agencias tributarias, así como las escuelas y las universidades.
Las encuestas señalan, sin embargo, que los griegos no creen que exista otro camino para salir de la crisis que no sea un ahorro duro. Por la mañana, entre 10.000 y 15.000 personas –según los datos de los sindicatos– se manifestaron en el centro de Atenas contra las medidas de ahorro. Se esperaba, sin embargo, la presencia de muchos más. La policía estimó en 10.000 el número de manifestantes.
La marcha de protesta fue hasta el edificio que alberga el Parlamento y allí los manifestantes gritaron “no toquen nuestras pensiones” e insultaron a los diputados, llamándolos “ladrones” y “mentirosos”. Algunos manifestantes de la izquierda radical golpearon a un civil que creyeron que era un policía de incógnito. Según los médicos, la vida de la víctima no corre peligro.
A primera hora de la tarde, el tráfico se movía con normalidad en el centro de Atenas. Además también hubo pequeñas concentraciones enTesalónica y en otras ciudades del país. Durante la jornada de ayer, se suspendieron decenas de vuelos por una huelga de cuatro horas de los controladores aéreos. Las emisoras de radio y televisión suspendieron sus noticieros, debido a que también los periodistas participan en la huelga. Los médicos de los hospitales públicos sólo atienden casos de emergencia.
Hasta en el Parlamento se trabajó con servicios mínimos, debido a que gran parte de los funcionarios secundaron la huelga.
Yannis Panagopoulos, presidente de la Confederación de Trabajadores de Grecia (GSEE), que representa a un millón y medio de empleados, declaró que “la respuesta en los puestos de trabajo ha sido muy alta, rozando un 80 por ciento”. Aun así, admitió que la participación en la calle “ha sido débil” y lo atribuyó a la paralización de la totalidad de los medios de transporte, “lo que hizo muy difícil el acceso de los manifestantes al centro”. En la misma línea se expresó la Unión de Funcionarios Civiles (Adedy), que atribuyó la poca participación en las manifestaciones a la huelga en el transporte público. Un portavoz de Adedy declaró que “la gente no salió a las calles, pero se ausentó de sus puestos de trabajo”.
Según una encuesta representativa que difundió ayer el diario Epikaira, casi un 70 por ciento de los consultados considera que estas manifestaciones no conducen a nada. Admiten que la única forma de evitar la bancarrota son las dolorosas medidas impuestas por la Unión Europea, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional.
Las dos mayores confederaciones sindicales, GSEE y Adedy, habían convocado la huelga en protesta por el draconiano plan de austeridad adoptado por el gobierno para evitar la bancarrota del Estado. El plan de ajuste prevé, entre otras medidas, la congelación de las contrataciones en el sector público, recortes a los salarios de los empleados públicos y fuertes reducciones del gasto social.
Además, la edad de jubilación se eleva de 60 a 65 años como promedio. La respectiva ley fue aprobada en la noche del miércoles por el Parlamento y ayer se debatieron los detalles concernientes a la edad jubilatoria que a la noche fueron aprobados mayoritariamente por el Poder Legislativo.
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