EL MUNDO › REPUDIO PALESTINO A LA PROPUESTA ISRAELí
› Por Catrina Stewart *
Desde Jerusalén
Los futuros ciudadanos israelíes pronto estarán obligados a jurar lealtad al Estado “judío y democrático”. El gabinete israelí se reunirá mañana y se espera que apruebe ésta y otras medidas que harán mucho más difícil a los palestinos conseguir la ciudadanía. Las iniciativas ya provocaron el repudio generalizado de las organizaciones defensoras de derechos humanos locales e internacionales.
El texto del juramento, que será aplicado sobre todas las personas que deseen conseguir la ciudadanía israelí en el futuro, fue rechazado ayer por los grupos de lobby árabes, que la calificaron como una iniciativa “racista”, que busca identificar la ciudadanía con una ideología en particular. “Este es otro paso en dirección a la expulsión total de los árabes de Israel”, sentenció Uri Avnery, un ex legislador y fundador del movimiento pacifista israelí Gush Shalom. “El Parlamento se convirtió en una turba ansiosa de linchar”, agregó.
De aprobarse, la nueva norma se sumaría a una serie de reveses que vienen sufriendo los palestinos que quieren tramitar la ciudadanía y los árabes israelíes que ya la tienen. La Knesset (Parlamento) votó esta semana a favor de quitarle los fueros parlamentarios a Hanin Zuabi, la diputada árabe israelí que participó de la llamada Flotilla de la Paz que intentó romper el bloqueo israelí sobre la Franja de Gaza. Zuabi estaba arriba del barco turco cuando el grupo militar de elite israelí atacó a la flotilla y mató a nueve de sus compañeros.
El nuevo juramento, que reemplazaría al actual que simplemente promete lealtad al “Estado de Israel”, es una versión más lavada del proyecto presentado, con bombos y platillos, por el actual canciller de Benjamín Netanyahu, el ultranacionalista Avigdor Lieberman. Su versión de la jura, que no logró la aprobación del Parlamento, tenía como objetivo quitarles la ciudadanía a todos los árabes israelíes que se negaran a jurar lealtad absoluta al “Estado judío de Israel”.
Yisrael Beitenu, del partido ultranacionalista de Lieberman, había alcanzado el tercer lugar en las elecciones generales del año pasado gracias a la creciente desconfianza del electorado israelí hacia los ciudadanos de origen árabe, la mayoría palestinos. Según varios sondeos publicados en la prensa local, muchos israelíes consideran que esa porción de la población no comparte su lealtad y compromiso hacia el Estado de Israel, creado en 1948 en la tierra donde antes existía el protectorado británico conocido como Palestina.
Los árabes israelíes, que componen el 20 por ciento de la población y viven en las comunidades menos privilegiadas del país, han venido resistiendo la instalación de un juramento como el que quiere Lieberman porque sostienen que el Estado no puede estar definido por una de las etnias que lo componen. “Significaría que todos los no judíos deberían identificarse con el sionismo y les impondría una ideología política”, explicó Adalah, una reconocida ONG de árabes israelíes.
* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
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