Mar 03.08.2010

EL MUNDO  › LAS OPERACIONES MILITARES EN EL PAíS DEL GOLFO HAN DURADO MáS DE SIETE AñOS

Obama anunció el fin de la misión en Irak

“Como candidato a la presidencia, me comprometí a llevar la guerra a un final responsable”, dijo el mandatario norteamericano. Quedará una fuerza de 50 mil hombres que dejará definitivamente el país el 31 de diciembre de 2011.

› Por Rupert Cornwell *

Desde Washington

Proclamando que cumplía con una promesa de campaña, Barack Obama anunció ayer que la misión de combate de los Estados Unidos en Irak terminará este mes, como está fijado. Quedará una fuerza transicional de 50 mil hombres, que dejará definitivamente el país el 31 de diciembre de 2011.

“Como candidato a la presidencia, me comprometí a llevar la guerra a un final responsable”, dijo el presidente Obama ante una reunión de veteranos de guerra en Atlanta. “Y eso es exactamente lo que estamos haciendo, como lo hemos prometido.”

Las palabras de Obama se escucharon a pesar de la imagen de un Irak cuya seguridad se deteriora. Los sucesivos conflictos impidieron la formación de un nuevo gobierno en Bagdad desde las elecciones parlamentarias de marzo e interfieren con el entrenamiento de las fuerzas iraquíes que se supone relevarán a las tropas estadounidenses cuando abandonen el país.

Parece que a Obama nada lo inquieta. La violencia interna –insistió– está en su nivel más bajo desde que Estados Unidos lideró la invasión, en 2003. “Hemos cerrado o desmantelado cientos de bases y sacado del país millones de equipos.” Lo más importante es que unos 90 mil soldados habrán sido repatriados desde su asunción, en enero de 2009. Cuando era candidato, Obama describió el conflicto en Irak como una “guerra muda”. Actualmente, dos tercios de los norteamericanos se oponen a ella. Por primera vez desde 2003, las fuerzas en Irak serán inferiores a las desplegadas en Afganistán.

Para septiembre, después de la retirada de las tropas de combate de Irak, habrá 146 mil combatientes en los dos países. En enero de 2009, cuando tomó el poder Obama, había 177 mil. Los 50 mil que quedarán en Irak, oficialmente catalogados como consejeros, tendrán la función de entrenar a las tropas iraquíes. También conducirán operaciones de contraterrorismo y ofrecerán seguridad a los proyectos de reconstrucción en trámite. Si todo sale como está planeado, esos 50 mil militares estarán fuera del país en 17 meses.

Pero esto es un gran interrogante, como lo es la disputa acerca del número de bajas civiles en Irak durante los últimos meses. Una disputa que muestra las prioridades divergentes de la administración Obama y de los propios políticos iraquíes, que luchan por impedir conflictos sectarios. Para la Casa Blanca, ansiosa por mantener a rajatabla el calendario de retirada y poder dirigir su entera atención hacia Kabul, “sólo” 222 civiles fueron asesinados el mes pasado. En cambio, las autoridades iraquíes anunciaron que 535 murieron, una cifra que podría convertir a julio en el mes más mortífero de los últimos dos años. Agosto también arrancó con episodios sangrientos: dos bombas y un ataque suicida que mató a ocho personas ayer.

El costo final de la guerra y la evaluación sobre si valió la pena no se conocerá por muchos años. Según estimaciones presupuestarias, la incursión militar podría haber salido cerca de 700 mil millones de dólares, pero algunos especialistas dicen que esa cifra podría triplicarse hasta los dos billones. Los números podrían seguir subiendo, si se tienen en cuenta los tratamientos de larga duración para los heridos, el reemplazo de equipos y el pago de los intereses del dinero pedido para subvencionar la guerra.

En términos humanos, más de 4400 militares estadounidenses han sido asesinados desde 2003, mientras que el número de víctimas civiles podría trepar hasta cientos de miles. Millones de iraquíes emigraron como refugiados, al menos una vez, hacia los países vecinos de Jordania y Siria.

Pero, para la administración Obama, los cálculos inmediatos son políticos. La retirada iraquí le permite al presidente alardear sobre una promesa cumplida, mientras la insatisfacción por el estado de la economía está socavando su popularidad. La Casa Blanca también tomará a Irak como prueba de que se pueden mantener los plazos autoimpuestos y de que Estados Unidos será capaz de abandonar Afganistán, donde los soldados norteamericanos han estado combatiendo desde octubre de 2001 y donde muchos expertos advierten que la guerra no se puede ganar. Obama adelantó ayer que los “grandes desafíos” continuarán en Kabul. En teoría, la retirada de Afganistán comenzará a mediados de 2011. El secretario de Defensa, Robert Gates, ha indicado que la partida será simbólica en el mejor de los casos.

De The Independent de Gran
Bretaña. Especial para Página/12.

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