EL MUNDO › DOS SOLDADOS LIBANESES, UNO ISRAELí Y UN PERIODISTA LIBANéS MUEREN EN LA FRONTERA
La violencia derivó de la decisión del ejército israelí de cortar un árbol cerca de la “valla técnica” que separa a ambos países. Los gobiernos se acusaron mutuamente de haber empezado a disparar. Es el hecho más grave desde 2006.
Dos soldados libaneses, un teniente israelí y un periodista libanés murieron ayer en el fuego cruzado entre Israel y Líbano. El conflicto se produjo supuestamente por un árbol en la localidad fronteriza de Addaiseh. Fue el peor enfrentamiento desde que en 2006 el ejército israelí invadiera por 34 días el suelo libanés.
La violencia derivó de la decisión del ejército israelí de cortar un árbol cerca de la llamada “valla técnica” que separa a Líbano de Israel. A diferencia de la guerra que se produjo hace cuatro años, esta vez los milicianos chiítas del Hezbolá no participaron de los choques. Desde Beirut, se denunció que el enfrentamiento arrancó cuando los soldados cruzaron al territorio libanés para podar el árbol, a pesar de que integrantes de la misión de paz de las Naciones Unidas en el Líbano le habrían pedido a uno de los oficiales israelíes que no lo hiciera porque serían repelidos a tiros.
Los libaneses insisten en que efectuaron unos disparos al aire para amedrentar al militar hebreo que estaba sobre una grúa para cortar la planta. Como las tropas israelíes contestaron con artillería y apuntando directamente a los soldados, se desató un tiroteo e intervino hasta un tanque, destacaron las fuentes libanesas.
Por su parte, los israelíes afirman que sus soldados fueron atacados cuando estaban en su propio territorio. Tel Aviv dijo que sus hombres estaban realizando trabajos de mantenimiento de rutina en un espacio de la llamada Línea Azul, que es reconocida internacionalmente como el límite que divide los dos países. Los israelíes remarcaron que respondieron al fuego libanés. El jefe de las tropas israelíes en el norte del país, el general Gadi Eizenkot, acusó a las fuerzas libanesas de disparar hacia soldados que estaban dentro de Israel y calificó el hecho como un incidente aislado.
El saldo del tiroteo que se prolongó hasta el mediodía fue trágico. Dos soldados y un periodista libanés resultaron muertos. También, un teniente coronel israelí de 45 años, Dov Harari. El periodista Assaf Abu Rahal, del diario local Al Akhbar, murió en el tiroteo. Otro periodista de la cadena televisiva Al Manar resultó herido. “Estamos conmocionados por la muerte de Rahal. Condenamos este error garrafal de los militares israelíes”, dijo la organización Reporteros Sin Fronteras en un comunicado.
Después de los disparos vinieron las acusaciones cruzadas entre el gobierno de Benjamín Netanyahu y de Michel Suleiman. El ministro de Defensa israelí, Ehud Barak, advirtió: “Israel no tolerará ataques a sus soldados ni a sus civiles dentro de su territorio soberano”. Al mismo tiempo, Barak dijo que su país “desea la paz” y puso como prueba la retirada de sus tropas del sur del Líbano en 2000, tras 22 años de ocupación. El canciller israelí, Avigdor Lieberman, instruyó a la delegación en Naciones Unidas para pedir una reunión inmediata del Consejo de Seguridad.
Horas después, el órgano expresó su preocupación por los choques entre las fuerzas del Líbano e Israel y pidió a los dos países que respetaran la resolución que terminó con la guerra de 2006, que dejó unos 1200 libaneses muertos y unos 158 israelíes. De todas maneras, los quince países miembro del Consejo de Seguridad pidieron un informe de la misión de la ONU en Beirut. El vocero de esa fuerza de paz, el comandante Andrea Tenenti, dijo a Radio Israel que ya estaban investigando las circunstancias y concretamente si Israel había cruzado la frontera.
La Casa Blanca salió a calmar los ánimos. El vocero del Departamento de Estado norteamericano dijo que lo último que quiere Washington es que este incidente se expanda hacia algo más significativo.
En oposición, Hezbolá, que niega haber participado del incidente, salió a advertir al ejército israelí. El jeque Hassan Nasrallah dijo que su movimiento intervendrá si Líbano vuelve a ser atacado. “Cualquier brazo israelí extendido contra el ejército libanés será cortado con la resistencia”, disparó Nasrallah. Siria y la organización palestina Hamas se solidarizaron con Beirut y remarcaron que el objetivo de Israel con el ataque es desestabilizar la región.
La frontera norte de Israel y sur del Líbano se mantuvo relativamente calma desde la guerra entre el ejército israelí y Hezbolá de 2006. Una guerra que duró 34 días. Hace cuatro años, la ONU desplegó la Unifil, formada por doce mil soldados y liderada por España, Francia e Italia. Pero las tensiones crecieron en los últimos meses, cuando Israel acusó a Hezbolá de expandir su arsenal y a Damasco y a Teherán de haberle enviado misiles Scud. En el último año, más de setenta personas fueron arrestadas en el Líbano acusadas de colaborar con Israel. El jueves pasado detuvieron a un supuesto espía israelí que trabajaba en la empresa libanesa de telecomunicaciones.
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