Gobierno y oposición volvieron a quedar enfrentados ayer en Paraguay a partir de la denuncia del Ejecutivo, a través de un comunicado del Ministerio de Defensa, de la existencia de planes para desestabilizar el país y desplazar al presidente Fernando Lugo, con el argumento de que está enfermo.

“Por informaciones fidedignas provenientes de los mismos círculos implicados en el montaje operativo psicopolítico de ciertos sectores de la oposición, la pretensión del juicio político al ministro (de Defensa, Luis) Bareiro Spaini es sólo el anticipo y primer paso del real objetivo estratégico final: el juicio político al presidente Lugo”, afirma el texto.

La denuncia salió un día después de que la Cámara de Diputados aprobara el juicio político al titular de Defensa por una abrumadora mayoría de 62 votos a favor y apenas cuatro abstenciones. Para la cartera de Defensa, hay en marcha un operativo político que ha sido un “intento reiterativo y sistemático frustrado ya en varias ocasiones”, desde que en agosto de 2008 asumió el nuevo gobierno encabezado por el ex obispo católico.

“Ahora, esta intención y propósito son reflotados con el malicioso argumento de que el progresivo deterioro de la salud del presidente Lugo le impedirá continuar sus funciones en un plazo relativamente breve, lo cual implica una alternativa de contingencia”, agrega el comunicado.

El texto denuncia a “algunos integrantes” de la oposición, pero no los identifica puntualmente, como quienes especularon con la posibilidad de la sucesión presidencial, con el pretexto de que la enfermedad de Lugo le impedirá gobernar, durante la semana en la que el mandatario recibió tratamiento médico en San Pablo.

“Estos mismos dirigentes opositores fueron quienes promovieron el rechazo de la adhesión de Paraguay a la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), cuyo brazo ejecutivo es el Consejo de Defensa Suramericano, representado por el ministro de Defensa de cada país, entre ellos el ministro Bareiro Spaini por Paraguay”, agrega la nota oficial.

En opinión de la cartera de Defensa de Paraguay, “el objetivo de sectores de la oposición no es sólo buscar la destitución del ministro Bareiro Spaini, sino aislar al Paraguay del contexto de naciones sudamericanas, obedeciendo instrucciones de poderes hegemónicos extrarregionales”.

El ministerio “advierte y alerta a las fuerzas políticas y sociales aliadas al gobierno a no dejarse engañar, manipular ni instrumentar por sectores de la oposición, que con el pretexto de destituir y reemplazar al ministro de Defensa, en realidad pretenden modificar la presente institucionalidad, constitucionalmente legítima, de la conducción política nacional en obediencia a intereses ajenos y contrarios a los del Paraguay”.

Bareiro Spaini había sido convocado esta semana para responder sobre robos de fusiles en unidades militares, pero se limitó a enviar una nota en la que señaló que el tema está en el ámbito de la Justicia militar, fuera de su competencia. Diputados aprobó entonces su juicio político, con el voto, inclusive, de varios legisladores oficialistas. Esa misma Cámara ya había aprobado un voto de censura en abril pasado.

La primera réplica al comunicado de Defensa llegó de parte del líder de la Unión de Ciudadanos Eticos (Unace), Lino Oviedo, para quien Bareiro Spaini “sólo quiere apañar su ineficiencia al frente de la cartera de Estado y por eso habla de un golpe contra el presidente”. El ex general golpista agregó: “Nadie quiere hacer un golpe de Estado contra el presidente Lugo; al país, al pueblo, a nadie le conviene eso”. En declaraciones a la radio 1020 AM, Oviedo agregó que el ministro “no tiene solvencia, no tiene trayectoria”.

Oviedo había sido denunciado apenas asumido el gobierno de Lugo como uno de los participantes de una reunión en la que se habría avanzado en planes de desestabilización, junto a mandos militares y a figuras del otrora hegemónico Partido Colorado.

Mientras, los médicos que atienden al presidente Lugo –a quien le diagnosticaron un linfoma maligno– le recomendaron reducir sus actividades el fin de semana, tras análisis de rutina que indicaron que el jefe del Estado “se encuentra asintomático, afebril”.