Sáb 21.08.2010

EL MUNDO  › OFENSIVA REPUBLICANA POR EL TEMPLO CERCA DE GROUND ZERO

La mezquita de la discordia

Las autoridades de Nueva York han dado un permiso para un propuesto centro cultural islámico. Sarah Palin manda mensajes por Twitter a sus seguidores, que dicen “Mezquita en Zona Cero es una provocación innecesaria. Acuchilla los corazones”.

› Por Rupert Cornwell *

Escuchando el debate de la gran mezquita, uno se imagina que los minaretes y los domos están por surgir en el punto exacto donde estuvieron las Torres Gemelas –y que a la hora señalada se oirá la voz de un almuédano llamando a la ciudad a inclinarse a la fe de Mohamed Atta y sus compañeros secuestradores–. La verdad es un poco diferente. Esencialmente, que aparte del lugar de oración tendrá canchas de básquet, un restaurante, instalaciones para el cuidado de bebés así como un monumento en memoria de la víctimas del 11 de septiembre. Y todo esto depende de lograr los fondos para el proyecto.

Es más, la construcción de 13 pisos estaría a dos cuadras de Zona Cero. En una vasta y variada ciudad, dos cuadras pueden parecer una docena de kilómetros. Pero ¿por qué dejar que los hechos entorpezcan una buena historia, especialmente cuando es la temporada de elecciones y hay tantos halagos para hacer, prejuicios para agitar y votos para ganar? La política en Estados Unidos a menudo es un espectáculo indefinido. Pero muy pocas veces ha caído en tal profundidad como ahora, en medio de este agosto típicamente sin noticias.

Aun así, si esto fuera meramente un asunto de política de partidos, el tema no sería serio. El verdadero riesgo es que reforzará la impresión de que Estados Unidos, contrariamente a cada afirmación hecha desde el 11 de septiembre, se opone al Islam, punto. Que es precisamente el argumento de un cierto Osama bin Laden. Pocos son los que entienden el punto. Pero ¿para qué son elegidos los políticos, si no es para liderar? Los ataques de 2001 fueron por supuesto un crimen horrible, todavía muy vivo en la conciencia del público. Pero nadie les está pidiendo a los políticos estadounidenses que cometan un suicidio profesional al minimizar la atrocidad del hecho. Todo lo que se les pide es un poco de honestidad. En cambio, especialmente si son republicanos, les siguen el juego.

Nadie solía señalar más seguido y más enfáticamente que George W. Bush que Bin Laden y los 19 secuestradores del 11 de septiembre no representaban a todos los musulmanes. La reputación del 43º presidente puede estar muy alicaída, pero un recordatorio de él ahora con respecto a esto, a propósito del altercado por la mezquita, hubiera sido apropiado. Pero del escritor de memorias en Dallas, ni una palabra, aunque, para ser justos, algunos de sus ex asesores han hablado contra las pavadas dichas por los “líderes” del partido, que deberían saber mejor.

Estableciendo un ejemplo de especial mal gusto, predeciblemente, fue el siempre dasaforado Newt Gingrich, el ex presidente de la Cámara que está coqueteando con una postulación presidencial para 2012. Seguir adelante con el proyecto sería comparable a que los nazis “pusieran un emblema frente al Museo del Holocausto en Washington” declaró, añadiendo que no debería haber ninguna mezquita cerca de la Zona Cero mientras no hubiera iglesias o sinagogas en Arabia Saudita.

Sarah Palin también se metió, enviándoles mensajes por Twitter a sus seguidores de que la “Mezquita en Zona Cero es una provocación innecesaria. Acuchilla los corazones”. Mit Romney, un casi seguro aspirante a 2012, tomó una posición ostensiblemente más propia de un estadista, señalando “los deseos de las familias de las víctimas” y el peligro de que la mezquita se convierta en un centro de reclutamiento para terroristas. En realidad, las familias de las víctimas están divididas sobre el tema, y muchas sostienen que el proyecto debía seguir adelante como lo planeado.

Este coro de voces compitiendo muestra la actual desorganización del Partido Republicano, unido sólo para decir “no” a cualquier cosa propuesta por Barack Obama y los demócratas. Pero la duradera crisis económica para darles una victoria resonante en las elecciones legislativas de noviembre: si resaltando la controversia por la Zona Cero les da más votos, ¿por qué no hacerlo? Y recuerden. Este es un país donde casi el 20 por ciento de la población cree que Obama mismo es un musulmán, de acuerdo con una encuesta de esta semana.

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Páginal12.

Traducción: Celita Doyhambéhère.

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