EL MUNDO › EL ATAQUE FUE REIVINDICADO POR EL GRUPO RADICAL ISLáMICO AL SHABAAB
› Por Daniel Howden *
El grupo militante islámico Al Shabaab intensificó su campaña para derrocar al gobierno de Somalía, irrumpiendo en un hotel en la capital y matando a por lo menos 33 personas, incluyendo a seis miembros del Parlamento. Los cuerpos fueron dejados tirados en el hotel frente al mar, en un área supuestamente más segura de Mogadishu, desgarrada por la guerra.
Los testigos describieron la escena en el hotel Muna como una “masacre” con hombres armados a la caza de los pasajeros del hotel de habitación en habitación, antes de inmolarse cuando las fuerzas de seguridad rodearon el edificio.
Es el peor ataque de este tipo desde que cuatro ministros fueron asesinados por un terrorista suicida en una ceremonia de graduación en febrero, y sucede cuando Shabaab intensifica su campaña para derrocar al débil gobierno apoyado por la ONU. El gobierno dijo que los militantes han ignorado un llamado a una tregua durante el período de Ramadán (ayuno musulmán) y condenó los ataques como “contra el Islam”.
Los asesinatos en el hotel suceden después de que Shabaab amenazó con una “guerra masiva” si la Unión Africana (UA) sigue adelante con los planes de reforzar su fuerza de paz de cinco mil hombres en Mogadishu. La mayor parte de Somalía al sur y en el centro está controlada por distintos grupos de extremistas, de los cuales Al Shabaab es, por lejos, el más fuerte.
El gobierno de transición, que nominalmente controla sólo un puñado de calles en la capital, cuenta con la fuerza de la Unión Africana, formada por soldados de Uganda y Burundi. Los funcionarios admiten que serían derrocados en horas por Al Shabaab si las fuerzas de paz se retiraran. La UA y sus partidarios internacionales se han encontrado inmersos en una prueba de fortaleza con los militantes somalíes, quienes comprobaron su habilidad para atacar más allá de las fronteras con bombas gemelas en la capital de Uganda. Unas 77 personas fueron masacradas en dos lugares nocturnos en Kampala mientras miraban la final de la Copa del Mundo, en un ataque que Al Shabaab dijo que era en represalia por la presencia de tropas de Uganda en Somalía.
A pesar de los millones de dólares en apoyo extranjero y embarque de armas desde Washington, el gobierno somalí no ha podido establecer ninguna autoridad en el terreno. Algunos analistas sostienen que lo mejor sería terminar con toda interferencia extranjera en Somalía.
Un vocero de Al Shabaab dijo que el ataque al hotel había sido llevado a cabo por “fuerzas especiales” enviadas para matar a aquellos que “ayudaban a los infieles”. La miembro del Parlamento que sobrevivió dijo que la despertaron los sonidos de disparos y que los huéspedes de los pisos superiores habían tratado de escapar por las ventanas. “El humo llenó mi habitación después de que los disparos destrozaron mi ventana”, dijo. “Me escondí en un rincón. Luego el huésped de al lado vino a mi puerta gritando ‘¡salga!, ¡salga!’ Cuando salí las balas volaban a mi alrededor. Volví a mi habitación y cerré la puerta con llave. Poco después el personal del hotel me pidió que bajara y fuera a una habitación con otros sobrevivientes.”
* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Páginal12
Traducción: Celita Doyhambéhère.
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