EL MUNDO › PRIMERAS CONVERSACIONES DIRECTAS EN VEINTE MESES ENTRE NETANYAHU Y ABBAS EN WASHINGTON
Ambos jefes de Estado tuvieron una discusión productiva y acordaron volver a reunirse el 14 y 15 de este mes en Medio Oriente y luego celebrar encuentros cada dos semanas, dijo el enviado George Mitchell.
La secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, declaró ayer en Washington el inicio formal de las primeras conversaciones directas tras veinte meses de congelamiento, entre el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, y el presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Mahmud Abbas. Ambos jefes de Estado tuvieron una discusión productiva y acordaron volver a reunirse el 14 y 15 de este mes en Medio Oriente y luego celebrar encuentros cada dos semanas, dijo el enviado estadounidense para Medio Oriente, George Mitchell. El presidente de Egipto, Hosni Mubarak, ofreció su país como sede del encuentro en una carta publicada en el diario The New York Times, aunque no se ha confirmado oficialmente.
“Ahora es la oportunidad de empezar a contribuir al progreso”, dijo Clinton al inaugurar el encuentro. Dirigiéndose a los dos protagonistas de las conversaciones, sentados a su lado, les recordó una vez más que el proceso está en sus manos. “Estados Unidos ha prometido su total apoyo a estas conversaciones y seremos un socio activo y constante, pero no podemos y no vamos a imponer una solución”, afirmó. “Sólo ustedes pueden tomar las decisiones necesarias para lograr un acuerdo y garantizar un futuro pacífico para israelíes y palestinos.”
“Este es el momento de mostrar liderazgo y que son estadistas que tienen el valor de tomar las decisiones difíciles”, insistió Clinton. “Ustedes tienen la oportunidad de acabar este conflicto de una vez por todas.” Al igual que han reiterado todas las partes en los pasados días, la jefa de la diplomacia norteamericana, en quien el presidente Barack Obama ha delegado el peso de unas negociaciones clave también para la política de Estados Unidos, no mencionó los “obstáculos” que se presentaron y seguirán presentándose en el “largo” camino a la paz.
Sentados a ambos lados de la secretaria de Estado, Netanyahu y Abbas reiteraron por su parte una vez más su “compromiso” para unas negociaciones a las que Washington les ha puesto el plazo de un año.
“El pueblo de Israel y yo como primer ministro estamos preparados para andar este camino y marchar un largo trecho en poco tiempo para lograr una paz genuina que traiga a nuestra gente la seguridad, prosperidad y la buena vecindad”, aseguró Netanyahu. En el mismo sentido se pronunció el presidente de la ANP, quien tampoco rehuyó referirse a los “obstáculos” que se avecinan, pero consideró que esta ocasión constituye la oportunidad de iniciar una “nueva era” en la región.
Entre lo poco que adelantó Mitchell, fue que tanto palestinos como israelíes coincidieron en condenar la violencia “contra civiles inocentes” y que trabajarán para mantener la seguridad en la zona. También coincidieron en la meta común de establecer dos Estados como solución del conflicto y mostraron su optimismo de que las conversaciones pueden ser completadas en un año.
Tras los discursos iniciales, con un “es hora de trabajar”, Clinton dio por concluida la ceremonia de inauguración y se llevó a Abbas y Netanyahu a dependencias del Departamento de Estado ajenas a las cámaras, donde comienza la verdadera prueba de las negociaciones: sus discusiones sin tapujos por primera vez cara a cara, a solas, en casi dos años.
En su encuentro privado, ambos líderes acordaron que sus conversaciones son muy delicadas y que mantendrán la privacidad sobre lo discutido, dijo Mitchell a los medios presentes. “Ambos acordaron que estas negociaciones pueden ser completadas en un año y que el objetivo de las mismas es resolver los principales problemas”, prosiguió el enviado.
Para ello, no obstante, convinieron en lograr primero “un acuerdo marco” que establezca los compromisos fundamentales necesarios para firmar una solución de paz en un año, agregó Mitchell. Junto a Clinton y frente a la prensa, Netanyahu sostuvo que “una paz verdadera será alcanzada sólo con concesiones mutuas por parte de los israelíes y palestinos”, mientras que Abbas expresó su “compromiso” con el proceso y dijo que los palestinos trabajarán para “traer paz y seguridad a toda la gente de la región”.
Pero ambos líderes también aprovecharon la ocasión para formular sus exigencias inaugurales. “Esperamos que ustedes estén preparados para reconocer a Israel como el Estado nación del pueblo judío”, dijo Netanyahu, en referencia a una cuestión espinosa, ya que Abbas teme que este reconocimiento mine su reclamo de retorno de los refugiados palestinos que dejaron sus tierras cuando se creó Israel, en 1948.
Luego de dos ataques extremistas palestinos en Cisjordania cometidos esta semana, el premier israelí reiteró que cualquier acuerdo de paz deberá tener en cuenta “la necesidad de seguridad de los israelíes”.
Abbas se mostró de acuerdo en la cuestión de la seguridad. La “seguridad es esencial y vital tanto para nosotros como para ustedes y no aceptaremos que nadie haga algo que dañe su seguridad o la nuestra”, señaló el presidente palestino. Pero también presentó sus exigencias respecto de las colonias de Israel en Cisjordania y del bloqueo israelí a la Franja de Gaza, los territorios donde Abbas y, en general, los palestinos quieren establecer su Estado, con Jerusalén Este como capital.
Las partes llegaron a la mesa de las incipientes negociaciones con la misma retórica de siempre y los viejos recelos y tendrán que tomar pasos concretos si de verdad quieren vivir en paz. “Los palestinos quieren ver pasos concretos de parte de los israelíes. Sin eso, las posibilidades de lograr la paz son escasas”, dijo Yousef Munayyer, director ejecutivo del Fondo para Jerusalén y el Centro Palestino en Washington.
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