Al menos catorce personas resultaron muertas en Cachemira, después de que manifestantes se enfrentaran con la policía india. Las protestas se realizaron contra el gobierno de Nueva Delhi y en rechazo a la ya cancelada propuesta de un pastor estadounidense de quemar ejemplares del Corán.

Los choques más violentos sucedieron en la aldea de Tanmarg (oeste). Allí los manifestantes entonaron cánticos antiestadounidenses y proislámicos antes de incendiar una escuela cristiana. Kuldip Khoda, jefe de la policía local, confirmó que trece civiles y un policía habían sido asesinados. Mientras que cerca de 90 civiles y 130 uniformados fueron heridos en los enfrentamientos.

En la capital india, el primer ministro, Manmohann Singh, se reunió con sus ministros para examinar la posibilidad de levantar la ley de poderes especiales para las fuerzas armadas en cuatro distritos de la región. Esa norma fue aprobada en 1958 y extendida a Cachemira en 1990, en respuesta a la insurgencia contra Nueva Delhi, que desde entonces se ha cobrado la vida de 47 mil personas. Ese instrumento jurídico otorga poderes al ejército indio y a los paramilitares para abrir fuego, registrar casas, detener a sospechosos y confiscar propiedades. Además, la ley impide que se les levante ningún cargo a los soldados.

Las autoridades decretaron anteayer un toque de queda que fue desafiado por parte de la población. “Estamos dispuestos a hablar con toda persona o grupo que reniegue de la violencia”, dijo el premier Singh. De acuerdo con los medios, desde junio murieron 86 personas en movilizaciones contra el gobierno de Nueva Delhi. Pero la de ayer fue la más sangrienta, que fue atizada por la iniciativa de quemar copias del Corán hecha por el reverendo Terry Jones. A pesar de que el pastor de Florida dio marcha atrás con su iniciativa islamófoba, hubo marchas violentas en países musulmanes.