Un atentado con coche bomba contra una sede policial ayer en Karachi, la principal ciudad de Pakistán, dejó al menos 18 muertos y más de 130 heridos. El ataque fue reivindicado por los talibán paquistaníes, autores de multitud de atentados contra las autoridades gubernamentales y las fuerzas de seguridad. La explosión, provocada por una bomba, causó el derrumbe de un edificio de dos plantas. “Tenía por objetivo las oficinas del Departamento de Investigación Criminal (CID)”, declaró Fayaz Lughari, un alto jefe de la policía local. “Primero dispararon contra la policía y después precipitaron su vehículo cargado de explosivos contra el inmueble”, informó el ministro de Interior de la provincia de Sindh, Zulfiqar Mirza. El jefe de la policía provincial, Salahuddin Babar Jattak, explicó que “el CID arrestó a varios terroristas” recientemente, aunque “ninguno de ellos se encontraba en el inmueble en el momento del ataque”. El inmueble afectado albergaba una prisión, donde el CID retenía a criminales y terroristas de alto rango, y una comisaría de hombres y otra de mujeres.