La canciller alemana, Angela Merkel, fue reelecta ayer al frente de su partido, el conservador Unión Cristiano-Demócrata (CDU). En el congreso partidario, la jefa de gobierno alemana reivindicó su gestión para salir de la crisis y llamó a su agrupación a cerrar filas para las elecciones del año que viene.

En Karlsruhe, Merkel fue reelegida con el 90 por ciento de los votos. El resultado fue más que favorable, aunque cayó cinco puntos con respecto al que obtuvo dos años atrás. En tono enérgico, la mandataria reivindicó lo hecho durante su gestión. “En plena crisis prometimos sacar adelante a Alemania; hoy Alemania está mejor que casi todos los demás, el mundo habla de un nuevo milagro alemán”, dijo Merkel. “En realidad, no es un milagro sino algo que los alemanes y la CDU hemos conseguido trabajando duro y en la dirección correcta”, agregó la dama de hierro germana.

La premier también recordó que cuando asumió su cargo había cinco millones de desocupados en Alemania, mientras que en la actualidad el número de parados asciende a los dos millones. Además, Merkel defendió su estrategia exportadora, a base de moderación salarial y de las ventajas de un euro bajo. Según la canciller, a esa iniciativa se le debe que Berlín haya resultado inmune a la crisis que sacudió al viejo continente. Sin embargo, la canciller, que preside la CDU desde hace 10 años, es criticada en el seno de su partido. Es, por ejemplo, acusada por el ala conservadora de haber girado demasiado hacia el centro.

La CDU también eligió a sus vicepresidentes: dos políticos cercanos a Merkel y miembros de la facción más pragmática y progresista del partido, la ministra de Trabajo, Ursula von der Leyen, y el titular de la cartera de Medio Ambiente, Norbert Röttgen. Asimismo, la fuerza conservadora acordó ayer apoyar la suspensión provisoria del servicio militar obligatorio en Alemania, que entraría en vigor el año próximo.

La propuesta, que pondría fin a más de 50 años de servicio militar, podría recoger un amplio respaldo en el Parlamento alemán. Tanto los liberales, que son socios en la coalición de gobierno, como la oposición socialdemócrata y del Partido Verde se oponen a que los jóvenes sigan teniendo que pasar por esta experiencia militar.

“Hoy estamos rodeados de amigos, pero en su lugar enfrentamos nuevas amenazas. Por eso creemos que ya no es necesario el servicio militar desde el punto de vista de la política de seguridad”, había dicho ayer Merkel, antes de la determinación de su partido. Mientras tanto, el gobierno alemán elabora un proyecto para reducir por lo menos una cuarta parte de los 250 mil efectivos de las Fuerzas Armadas y profesionalizarlos como en el Reino Unido y Francia. La reducción de los efectivos y el apoyo al fin del servicio militar representan un cambio fuerte para los conservadores, que durante años usaron estos temas como caballito de batalla electoral.