“El mercader de la muerte” fue extraditado ayer desde Tailandia a los Estados Unidos. El traslado del ruso Viktor Bout se produjo después de una dura batalla diplomática y judicial. Bout, un ex oficial de la fuerza aérea soviética, es acusado por Washington de haber vendido armas en varios continentes, cargos que él rechaza.

El hombre de 43 años fue escoltado al aeropuerto tailandés de Don Meuang por seis oficiales de la agencia antidrogas de los Estados Unidos, la DEA. Su abogado, Lak Nittiwattanawichan, dijo haber evitado todos los recursos para evitar el traslado y anunció que presentará una queja contra Bangkok.

La historia de Bout es tan impresionante que llegó a ser película e inspiró al personaje encarnado por Nicolas Cage en el largometraje El señor de la guerra. El antiguo agente soviético, que maneja seis idiomas, fue detenido en marzo de 2008 en un hotel de Bangkok. El arresto se produjo mientras estaba reunido con agentes estadounidenses que se hacían pasar por miembros de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).

Bout, que corre el riesgo de ser condenado a prisión perpetua, nació en 1967 en Dusambé, en la entonces república soviética de Tayikistán, en Asia Central. Posteriormente estudió en el Instituto militar de Idiomas Extranjeros de Moscú y luego ingresó en la fuerza aérea soviética. Siempre negó haber pertenecido a la KGB, la policía secreta de la Unión Soviética.

Según un informe de la Organización de Naciones Unidas, Bout construyó su imperio en medio del derrumbe del régimen comunista, comprando armas a bajo precio en las bases militares semiabandonadas. También armó su propia flota de aviones de carga –llegó a tener unos cincuenta aparatos, según Amnistía Internacional– en vez de subcontratar el transporte para las armas. Según el periodista Douglas Farah, coautor del libro El mercader de la muerte, Bout aprovechó tres cosas cuando cayó la Unión Soviética: los aviones abandonados en las pistas entre Moscú y Kiev, la enorme existencia de armamentos vigilados por soldados que ya no cobraban sueldo y la creciente demanda mundial de armas. El reportero estadounidense afirma que incluso al iniciarse la invasión a Irak en 2003, Bout transportó material a pedido de subcontratistas de las fuerzas armadas de los Estados Unidos.

Según el analista Tatiana Stanovaia, el gobierno ruso, que se opuso a la extradición, teme que Bout revele información que lo comprometa con las actividades del traficante. “Sucede a veces que el Estado no puede tener relaciones explícitas con países parias u organizaciones de dudosa reputación. En ese caso, utiliza gente como Bout, en la frontera de la legalidad”, dijo el integrante del Centro de Tecnologías Políticas de Moscú. Desde el Departamento de Estado norteamericano no prestaron atención a las críticas del Kremlin.

Mientras tanto, Bout insiste en su inocencia y repite que sólo realizó transporte de carga legal. El llamado “mercader de la muerte” niega todo vínculo con grupos cercanos a la red Al Qaida.