El presidente Rafael Correa denunció ayer que dos ecuatorianos habrían muerto en el bombardeo colombiano del lunes dirigido hacia las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). La acusación del mandatario ecuatoriano se produjo en momentos en que Quito y Bogotá buscan restablecer plenamente sus relaciones y para ello se reunirán hoy los cancilleres en Quito. Desde la Casa de Nariño, insistieron en que el menor muerto era ciudadano colombiano.

El ataque aéreo de las fuerzas colombianas de hace tres días a un campamento de la guerrilla en la frontera con Ecuador dejó 16 muertos, confirmaron ayer fuentes oficiales. El médico legista Alvaro Hernández informó ayer a la prensa que se habían hallado dos nuevos cuerpos en la zona de Ipiales, ubicada en el departamento de Nariño (sudoeste). El Comando General de las Fuerzas Militares había dicho el martes que un niño de doce años que resultó muerto durante la incursión militar llevaba una tarjeta que lo identificaba como ciudadano colombiano. Pero el lunes algunas fuentes habían denunciado que el menor era ecuatoriano.

Sobre esas versiones volvió ayer Correa. En una rueda de prensa en la ciudad de Guayaquil (sudoeste), el presidente ecuatoriano dijo haber sido informado de que el chico era menor con carnet de refugiado ecuatoriano. “Yo he pedido los informes del caso y los primeros avances de ese informe –pero quiero tener el informe definitivo– es que se trata de un niño ecuatoriano, y no sólo de uno, sino de dos ecuatorianos que han muerto en ese ataque”, afirmó Correa. Sin embargo, el gobernante aclaró que manejaba información provisional y que estaba esperando un informe definitivo, que le entregarían las fuerzas armadas y el Ministerio de Seguridad en la mañana de hoy, a más tardar. “Una vez que tengamos el informe definitivo tomaremos las acciones del caso”, adelantó Correa.

Las declaraciones de Correa por el ataque colombiano se producen en la víspera de una reunión de los cancilleres y los ministros de Defensa de ambos países. El jefe de la diplomacia ecuatoriana, Ricardo Patiño, y su homóloga colombiana, María Angela Holguín, se entrevistarán por estas horas en Quito. “Por el momento, ese tema no lo tenemos en la agenda, aunque vamos a llevar toda la información necesaria”, dijo la diplomática colombiana. Según informaron desde el Palacio de Carondelet, durante la jornada se abordarán temas de carácter político y económico así como de integración regional y fronteriza. El encuentro estaba previsto para el 28 de octubre pero se canceló por la muerte del ex presidente argentino y secretario general de la Unasur, Néstor Kirchner.

Otro bombardeo llevó a una ruptura de relaciones diplomáticas entre Bogotá y Quito. En marzo de 2008 hubo un ataque aéreo a un campamento de las FARC en territorio ecuatoriano, muy cerca de la frontera, en el que murieron 25 personas. Entre las bajas se contó la del entonces número dos de esa guerrilla colombiana, Raúl Reyes. Para mayores coincidencias, los protagonistas parecen repetirse. Quien comandó esa acción fue el actual presidente colombiano, Juan Manuel Santos, que por ese entonces oficiaba de ministro de Defensa de Alvaro Uribe. En 2009, la Casa de Nariño y el Palacio de Carondelet recompusieron sus relaciones comerciales pero desde ese momento intentan avanzar hacia una restitución plena.

El actual ministro de Defensa colombiano, Rodrigo Rivera –que también estará hoy en Quito– salió a negar la versión de Correa. “Hemos recibido ya el informe de la Policía Judicial que confirma que todos los integrantes, especialmente este menor de edad, son de nacionalidad colombiana. De modo que está plenamente establecida su identidad y su nacionalidad”, salió al cruce. Sin embargo, la madre del chico confirmó la denuncia de Correa.

Además, el titular de la cartera de Defensa acusó a las FARC de reclutar mediante engaños a menores de edad. El Comando General de las Fuerzas Militares de Colombia había hecho anteayer el mismo señalamiento: “Las FARC son las únicas responsables de la muerte del menor colombiano, al perseverar en su intención de reclutar niños y niñas para sus propósitos terroristas”.

Ana Yepes, la madre del chico, aportó otra información. En declaraciones a un canal ecuatoriano, la mujer que reside en la localidad de Santa Bárbara dijo que su hijo era colombiano y refugiado en Ecuador. “Ahora, en mayo que viene, ya son cuatro años que estamos haciendo revisar nuestra visa, por eso tiene una visa de refugiado. El no es ecuatoriano”, dijo Yepes.

Según dijeron ayer las autoridades policiales de Bogotá, el reducto de las FARC que fue bombardeado el lunes en la frontera sur de Colombia con Ecuador obtenía unos diez millones de dólares al año por narcotráfico. Los uniformados agregaron que esa compañía guerrillera movía anualmente 25 toneladas de cocaína que era comercializada en Centroamérica y en Europa.