El gobierno de Brasil planea contar con una flota de seis submarinos nucleares y 20 convencionales (15 nuevos y 5 revitalizados) para garantizar la defensa de las gigantescas reservas submarinas de petróleo descubiertas desde 2007, afirmó el comandante de la Marina, almirante Julio Moura Neto. Con sus torpedos y misiles, sería la fuerza disuasiva más poderosa del continente, sobre todo con Estados Unidos, para que respete la explotación exclusiva del petróleo. El ministro de Defensa brasileño, Nelson Jobim, ya alertó sobre la presencia de la OTAN en Atlántico sur.

De acuerdo con el Plan de Articulación y Equipamiento de la Marina, cada uno de los submarinos nucleares costará 550 millones de euros y la flota se completará con la incorporación de 20 submarinos convencionales hasta 2047. El primero de los submarinos está en proceso. La flota será construida en el astillero Itaguai, de Río de Janeiro.

“La defensa del área petrolera de pre sal (aguas ultraprofundas) y la nueva posición de Brasil en el contexto internacional son factores que refuerzan la necesidad de la disuasión”, porque “nuestro país cuenta con 8500 kilómetros de costas”, dijo en declaraciones publicadas ayer por el diario O Estado de Sao Paulo y citadas por la agencia ANSA.

Moura Neto agregó que en ese contexto los submarinos nucleares se destacan por su “capacidad de ocultamiento y su velocidad”, características que los hace más eficaces en el ataque a un “potencial agresor” del litoral marítimo. Según O Estado de Sao Paulo, el presidente Luiz Inácio Lula da Silva visitará el astillero el mes próximo. “La flota de submarinos de ataque de propulsión nuclear tiene la capacidad de realizar ataques a múltiples blancos de un potencial agresor” que amenace los pozos ubicados en la plataforma continental, enfatizó el jefe de la Marina.

La petrolera estatal Petrobras descubrió yacimientos con un potencial superior a los 50 mil millones de barriles de petróleo en las cuencas de Santos y Campos, ubicadas en las costas de los estados de San Pablo y Río de Janeiro. El gobierno brasileño decretó hace dos meses la extensión de su zona de explotación exclusiva de petróleo de 200 millas marítimas a 350 millas.

En la misma línea que el titular de la Marina, el ministro de Defensa brasileño, Nelson Jobim, rechazó recientemente la presencia de barcos de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) en el Atlántico sur y reivindicó el derecho de su país a las reservas de crudo que descubrió en 2007, a 350 millas de la costa nacional.

Ante una posible situación de presencia militar, Jobim se preguntó: “¿Cuál es la soberanía que Estados Unidos quiere compartir, la de ellos o la nuestra?”. Y él mismo se contestó: “La defensa sudamericana la hacen los sudamericanos”, según lo citó la cadena de noticias Telesur. El ministro demandó el derecho de Brasil de una explotación exclusiva del petróleo y exigió que Washington respete esa postura. “Sólo es posible conversar con un país que respete esa regla.”

Mediante un informe que presentó Jobim durante la conferencia en el Instituto de Defensa Nacional de Portugal –efectuada en septiembre–, se argumentó que una “interpretación literal del concepto de ‘atlantización’ de la OTAN permitiría a esta organización intervenir en cualquier parte del mundo bajo variados pretextos”.