EL MUNDO › LA SENADORA RECIBE EL MANDO DE SU MARIDO, MUJICA
Culmina una semana de protestas de distintos sectores sindicales. El gobierno del Frente Amplio enfatiza la voluntad de diálogo. Mientras Mujica y Astori están de viaje, la presidencia la ocupa Topolansky.
La senadora y primera dama Lucía Topolansky se convertirá hoy en la primera mujer en ocupar la presidencia de Uruguay, cuando reciba el mando de su esposo, el mandatario José Mujica, quien realizará una visita privada a España. “Esto es una changuita eventual”, afirmó Topolansky en referencia a los poco más de dos días que ejercerá como presidenta, debido a que el vicepresidente Danilo Astori está actualmente de visita oficial en Corea del Sur. A Topolansky le toca cerrar una semana harto movida para el gobierno, que debió escuchar los reclamos de distintos gremios de la actividad pública.
Topolansky –al igual que Mujica, de la coalición de centroizquierda Frente Amplio, ambos ex guerrilleros tupamaros también– fue la senadora más votada en las elecciones de octubre de 2009 y por ley debe ejercer la presidencia en caso de ausencia temporal o definitiva del presidente y el vicepresidente. “Es importante que la población visualice que una mujer está en condiciones de desempeñar el cargo, las responsabilidades o las profesiones que fueren”, dijo la senadora en declaraciones que publicó la página digital de la presidencia. Topolansky calificó como “muy positivo” el breve ejercicio del mando por su simbolismo. “Ojalá sirva para abrir la posibilidad de que alguna (mujer) más joven que yo llegue a la presidencia”, dijo la primera dama de 66 años, que estuvo presa durante la dictadura que se instaló en Uruguay de 1973 a 1985.
Lucía Topolansky desempeña el cargo en una semana particular, dado que se vivieron los puntos más neurálgicos de conflictividad sindical. A los reclamos de la banca oficial, la salud, controladores aéreos, aduanas y en la intendencia de Montevideo se sumó la ocupación de la sede de la Corte Suprema de Justicia por parte de sus funcionarios. El gobierno de Mujica ha seguido con preocupación la situación y asegura que “actuará con firmeza”, pero no va a abandonar el diálogo. Fiel a su estilo, Mujica usó un refrán para referirse a la coyuntura: “Siempre que llovió, paró”.
Los analistas especulan con que esta conflictividad continúe hasta que sea aprobado el proyecto de ley de presupuesto, cuyo plazo legal vence el 3 de diciembre. El politólogo Adolfo Garcé dijo al diario La República que es comprensible que la izquierda no pueda satisfacer todos los pedidos, al igual que es comprensible que los sindicatos se movilicen. “El Frente Amplio fundó los sindicatos y los organizó durante décadas. En un gobierno de izquierda, la clase trabajadora seguirá reclamando por sus derechos.” Garcé catalogó de “lógico” que sectores del Movimiento de Participación Popular (mayoría ex tupamaros) salgan ahora a hacer una defensa del gobierno nacional y que, si el gobierno fuera de otro signo, “posiblemente esos sectores estaría defendiendo a los trabajadores”.
Por su parte, el analista Agustín Canzani señaló que la situación que vive Uruguay por estos días tiene algo de regular y algo de excepcional. “En cuanto a lo regular –dijo–, todos los años cuando se vota el Presupuesto Quinquenal son conflictivos, ya que se marca el camino para el gasto público durante los próximos cinco años. Y lo excepcional está dado por el intento del gobierno actual de impulsar unas reformas en el Estado.”
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