La alta abstención empañó ayer la victoria del primer ministro en funciones, Hashim Thaci, en las primeras elecciones legislativas de Kosovo como país soberano desde que en 2008 anunció su secesión de Serbia de forma unilateral.

El Partido Democrático (PDK) de Thaci lograba el 31 por ciento de los votos, por delante de la Liga Democrática (LDK), con el 25 por ciento, de acuerdo con los datos de la ONG Gani Bobi, único grupo que difundió una encuesta a pie de urna. “Puedo asegurarles que los resultados que manejamos son mucho mejores”, afirmó a la prensa Hajredin Kuci, vicepresidente del PDK, que se mostró disconforme con esos datos.

Las leyes kosovares dan al partido más votado la iniciativa para buscar socios de gobierno, algo necesario dado que el PDK carece de mayoría suficiente para regir en solitario.

La confirmación de esta victoria significaría que el mensaje de Thaci al presentarse como el único político de peso del país y auténtico hombre de Estado ha influido más que la desastrosa situación económica y las acusaciones de corrupción.

Kosovo está entre las jóvenes naciones europeas más pobres, donde más de la mitad de la población tiene menos de 25 años y el desempleo roza el 50 por ciento. Sus líderes políticos surgieron en la guerra por la independencia contra Belgrado en 1990, pero varios tienen escasa idea de la economía. Sin salida al mar, el país produce poco aparte de metales y productos alimenticios. Tiene dificultad para exportar debido a que Serbia ha bloqueado el tránsito de los productos de Kosovo desde 2008.

Estados Unidos y la Unión Europa esperan que el nuevo gobierno inicie el diálogo con Serbia, bajo la mediación de Bruselas. Serbia pretende recuperar su ex provincia, en la que prácticamente sólo viven albanokosovares.

Pero antes que nada, habrá que formar gobierno. Y aún no hay certezas. Isa Mustafa, líder del LDK, el segundo partido más votado, ya advirtió que no revalidaría una coalición con la fuerza política de Thaci.

La siguiente fuerza más votada es la nacionalista Autodeterminación, que acapararía el voto de protesta y se haría con el 16 por ciento de los sufragios en su primera participación electoral. Esta formación, liderada por Albin Kurti, apela a la unificación con Albania, el recorte de los derechos de la minoría serbo-kosovar y la salida de las instituciones “colonialistas” de la UE, la ONU y la OTAN, planteamientos que violan la actual Constitución.

La cuarta fuerza política es la Alianza para el Futuro de Kosovo (AAK), del ex primer ministro Ramush Haradinaj, detenido en La Haya acusado de crímenes de guerra, y que conseguiría el 12 por ciento. Y por último, la Alianza por un Kosovo Nuevo (AKR), del multimillonario Behgjet Pacolli, lograría el 6,5 por ciento.

Queda por determinar la fuerza del mayor partido de la minoría serbo-kosovar, el Liberal Independiente, que puede desempeñar un papel fundamental en la formación de gobierno y con el que el PDK de Thaci tiene especial sintonía.

A pesar de que no se registraron incidentes de gravedad, la relativa baja participación, del 47,8 por ciento, deslució la cita con las urnas, pese a la insistencia de los líderes en que se trataba de una votación crucial. Aun así la participación fue mejor que en las legislativas de 2007, cuando se situó en el 40,1 por ciento.