EL MUNDO › EE.UU. TUVO VíNCULOS CON UNO DE LOS MAYORES NARCOS AFGANOS
Según The New York Times, la CIA y la DEA recibían información de Juma Khan, presentado como “aliado talibán”. Nuevos cables de Wikileaks dan cuenta del intento de Washington de bloquear en 2009 la venta de misiles rusos a Caracas.
El gobierno estadounidense utilizó durante años a uno de los mayores narcotraficantes afganos como informante de la CIA y de la agencia antidrogas, la DEA, según publicó ayer The New York Times. El abogado de Hajji Juma Khan negó los vínculos con la Casa Blanca y con los talibán. En tanto siguieron publicándose cables filtrados por Wikileaks acerca de Caracas, Teherán y Lima.
En 2008, Hajji Juma Khan fue arrestado y llevado a los Estados Unidos acusado de violar la legislación norteamericana acerca del narcoterrorismo. Como dijo el matutino neoyorquino, en ese momento las autoridades lo describieron como el más grande y peligroso de los señores de la droga, aliado al régimen talibán. Pero, como remarca ese diario, lo que la Casa Blanca omitió explicar es que Juma Khan también había sido durante un largo tiempo un informante estadounidense. En ese rol le dio información a Washington acerca de los talibán, de la corrupción afgana y de otros traficantes de drogas.
El narcotraficante, aliado de Estados Unidos, ronda los 50 años y nació en la provincia afgana de Nimroz, en la región sureña que limita con Irán y Pakistán. Hace seis años, Juma Khan se había hecho del control de las rutas de la droga en el sur de Afganistán. Según The New York Times, las actividades delictivas de Juma Khan arrancaron en la década de 1990, pero su poder se amplió a nivel nacional con la caída de los talibán. En esa época cayó temporariamente en desgracia y estuvo un tiempo detenido, aunque rápidamente salió liberado, a pesar de que había evidencia de sus delitos. En 2006, Juma Khan viajó a Washington para participar de una serie de reuniones clandestinas con agentes de la CIA y de la DEA.
“En una serie de reuniones grabadas en hoteles de Washington, Juma Khan ofreció pistas tentadoras a la CIA y a la DEA a cambio de lo que él esperaba fuera el status de informante norteamericano protegido”, publicó el diario. Los vínculos con la Casa Blanca llegaron a su fin cuando la CIA determinó que la información que le pasaba ya no era fiable. Aun así su abogado neoyorquino, Steven Zissou, le dijo al New York Times que Juma Khan no trabajaba ni para el régimen talibán ni para el gobierno estadounidense. “Muchas cosas de las que se dijeron son falsas. Lo que es cierto es que Juma Khan nunca ha sido un enemigo de los Estados Unidos y nunca prestó apoyo a los talibán ni a ningún otro grupo que amenace a los estadounidenses”, subrayó el patrocinante.
Mientras tanto, otras noticias siguen poniendo en jaque a los Estados Unidos, después de que se conocieran nuevos cables filtrados por Wikileaks. Según se difundió, Washington habría tratado de bloquear en 2009 la venta de misiles rusos a Caracas. Entre los argumentos que los diplomáticos habrían esgrimido en ese momento, estaba la posibilidad de que esos armamentos cayeran en manos de la guerrilla colombiana o de los grupos narco mexicanos.
Otros cables divulgados dejaron al descubierto la presión de Washington contra bancos y empresas españoles para que abandonaran Irán. Las entidades que se reunieron, en varias oportunidades, con los diplomáticos estadounidenses fueron Repsol, Iberia, Unión Fenosa, Banco Santander y Banco Sabadell. Según figura en un cable, la embajada en Madrid logró que José Viñals, uno de los directivos del Banco de España, le proporcionara información detallada de la actividad de las instituciones bancarias ibéricas en Teherán.
La cercanía de la Casa Blanca no se dio únicamente con la banca española, sino también con la portuguesa. Según trascendió, Carlos Santos Ferreira, presidente del Banco Comercial Portugués, le propuso a la embajada en Lisboa hacer espionaje para Washington, a cambio de que le permitiera realizar actividades financieras en el territorio persa. Según un cable de febrero de este año, el premier José Sócrates estaría al tanto de la operación propuesta por el banquero Santos Ferreira.
Un cable de los entregados por Julian Assange al diario El País muestra que Perú habría pedido ayuda a la Casa Blanca ante un resurgimiento de la guerrilla de Sendero Luminoso.
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