Mar 14.12.2010

EL MUNDO  › UN JUEZ DE VIRGINIA DECLARó INCONSTITUCIONAL UN CAPíTULO DE LA LEY QUE IMPULSó OBAMA

Revés para la reforma sanitaria

El juez Henry Hudson dictaminó que si la Carta Magna no exige a los ciudadanos contratar un seguro de salud, el Congreso tampoco puede hacerlo. La movida judicial no frena la implementación de la reforma. Pero el gobierno evalúa presentar una apelación.

La reforma de salud de Estados Unidos, uno de los caballitos de batalla de la gestión de Barack Obama, sufrió un revés de la Justicia. El juez federal del estado de Virginia, Henry Hudson, dictaminó inconstitucional un artículo de la nueva norma, al considerar que como la Carta Magna no exige a los ciudadanos contratar un seguro de salud, “el Congreso no puede exigirles que lo hagan”. El apartado obliga a los estadounidenses que no poseen cobertura a adquirir una de su elección a riesgo de recibir penas en sus impuestos en caso de no cumplir con ese requerimiento y es uno de los pilares fundamentales de la reforma. Sin embargo, la movida del magistrado no significa un freno para su implementación, vigente hasta 2014, ni implica que el gobierno federal o los estados deban interrumpirla. El Ejecutivo, no obstante, evalúa presentar una apelación.

Hudson falló favorablemente a la demanda del procurador de Virginia, Ken Cuccinelli, un republicano nombrado por el ex presidente George W. Bush en 2002, quien consideró ilegal el artículo debido a que “se contrapone con la Constitución” estadounidense. El veredicto, según analistas jurídicos, abre un agujero en la invisible malla protectora con la que hasta ahora contó la norma, que obligará al Estado norteamericano a defenderla ante la Corte Suprema de Justicia.

La Casa Blanca se mostró en “desacuerdo” con lo dictaminado por Hudson y aseguró que el Departamento de Justicia “está considerando” la opción de apelar, lo que sienta las bases de una larga batalla legal sobre la que el gobierno pareciera vislumbrar un buen final. “La historia está de nuestro lado”, confiaron voceros de Washington en relación con los “de-

safíos legales similares que enfrentaron grandes nuevas normas” como la de Seguridad Social, la de Derechos Civiles y la ley de Derechos a la Votación, que “fueron todas demandadas y resultaron ilesas”, aseguró la asistente del presidente para Proyectos Especiales, Stephanie Cutter.

Aparentemente, el fallo de Hudson no pondría en peligro la norma aprobada hace nueve meses aunque sí reforzará los argumentos de aquellos que a nivel parlamentario se oponen a ella y buscan derogarla. El presidente designado de la Cámara baja del Congreso, el republicano John Boehner, opinó que “en vez de apelar, la administración de Obama debería trabajar con los legisladores para revocar esta ley de salud que mata empleos, así podemos reemplazarla con reformas que bajen los costos y proteja los trabajos”.

Si bien se presentaron más de 20 demandas en contra de la legislación en todo el país, esta es la primera vez que una corte dictamina en contra de la ley desde su aprobación. Respecto de la veintena de casos, los jueces garantizaron la petición de la administración Obama de desestimar 12, mientras que en dos casos los magistrados federales determinaron que la ley es constitucional y luego la confirmaron.

Si por un lado la reforma de salud, principal promesa electoral de Obama, obliga a los estadounidenses a contratar un servicio de cobertura sanitaria, por el otro prohíbe a las aseguradoras la interrupción de sus servicios por enfermedades preexistentes a niños y adultos o que den de baja la cobertura a causa de contraer una enfermedad. Así, el 96 por ciento de la población, a excepción de los inmigrantes indocumentados, contará con protección.

En base a esto, desde el gobierno explicaron que “a menos que a todos los estadounidenses se les requiera que tengan seguro, sería un costo prohibitivo cubrir a la gente con condiciones preexistentes” ya que, según consideraron los ideólogos del proyecto, “las personas esperan a estar enfermas o lastimadas para contratar cobertura, y eso elevaría los valores hasta un 20 por ciento”. “Si vamos a prohibir la discriminación basada en condiciones preexistentes, la única forma de mantener a la gente fuera del juego del sistema y de aumentar los costos en todas las personas es asegurar que todos asuman la responsabilidad por su propio seguro de salud”, explicó Cutter.

La reforma sanitaria, perseguida desde hace casi un siglo por distintos mandatarios estadounidenses, fue una de las principales apuestas y logros políticos de Obama desde que llegó a la Casa Blanca y le costó una dura pelea con los republicanos, que imprimieron una férrea oposición a su aprobación.

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