El presidente de Uruguay, José Mujica, anunció ayer la declaración del estado de emergencia sanitaria en el país por una huelga sindical de los anestesistas que ha obligado a postergar unas 4000 intervenciones quirúrgicas en Uruguay. “Estamos viviendo una calamidad sanitaria y vamos a declarar el estado de emergencia sanitaria en el país para atender la situación”, afirmó el jefe de Estado en su programa de radio Habla el presidente.

Además, Mujica dijo que su gobierno pedirá a varios países que le faciliten anestesistas para atender las operaciones retrasadas, aunque no identificó a los gobiernos a los que solicitará colaboración. “Debemos tomar un conjunto de medidas para paliar una situación tan grave y donde se juega con la vida humana”, agregó el mandatario.

Los anestesistas uruguayos están en conflicto desde hace dos meses en reclamo de mejores salarios y otras reivindicaciones, en el marco de una ola de conflictos sindicales contra el gobierno que incluye a los controladores aéreos, los recolectores de basura, los escribanos y los funcionarios bancarios, entre otros.

Mujica denunció asimismo que debido al conflicto muchos anestesistas no se presentan a cumplir sus funciones en los hospitales que dependen de la Administración de los Servicios Sanitarios del Estado (ASSE), pero simultáneamente sí concurren a cumplir tareas en sanatorios privados. Por su parte, el directivo gremial de los anestesistas, Gustavo Malfatto, dijo este martes que, entre otras razones, el conflicto se debe a las deudas que ASSE mantiene con ellos desde el año 2008.

“No hay una decisión gremial de no concurrir a los hospitales de ASSE”, señaló Malfatto, aunque luego aclaró que se trata de un tema de oferta y demanda. “Lo que cobran los anestesistas en la órbita privada es tres o cuatro veces más de la paga que reciben a nivel de los servicios del Estado”, señaló el gremialista. “La voluntad de dialogar (con el gobierno) se mantiene, pero estas declaraciones del presidente no colaboran al buen clima para las negociaciones”, afirmó Malfatto, en respuesta a la decisión de Mujica de declarar el estado de emergencia sanitaria.

Por otra parte, Mujica anunció, en declaraciones que publicó ayer la prensa de Montevideo, que Uruguay y Argentina están en un momento óptimo de relaciones, aunque deben seguir avanzando para resolver problemas de navegabilidad en un río compartido.

“Creo que hay voluntad de negociación, pero siempre existen imponderables y no quisiera que metiéramos la pata con declaraciones que no nos sirven para arreglar nada y nos complican el panorama”, afirmó Mujica en entrevista con el diario El País.

Sobre el acuerdo con el gobierno argentino en torno del monitoreo conjunto de la planta de pasta de celulosa de la empresa UPM (ex Botnia) que opera en la ciudad uruguaya de Fray Bentos, vecina de la provincia argentina de Entre Ríos, el presidente dijo que empezó a caminar. “Pero honestamente todos tenemos problemas. Nosotros tenemos cinco puntos críticos en el río Uruguay y los tenemos que arreglar, como ellos tendrán que arreglar sus problemas. Nos tenemos que ir ajustando”, sostuvo.

La relación entre los dos países se había tensado cuando militantes ambientalistas tomaron el puente que une a la ciudad argentina de Gualeguaychú con la uruguaya de Fray Bentos, para protestar por la decisión del gobierno uruguayo de permitir la instalación de plantas pasteras en el delta del Paraná. La sucesión de los presidentes Néstor Kirchner y Tabaré Vázquez permitió distender una situación que se había prolongado durante largos meses y que terminó en un litigio en la Corte Internacional de La Haya.