EL MUNDO › CONTRA LAS MEDIDAS DE AJUSTE
La movilización de protesta por las medidas de austeridad en Atenas se reprodujo en Bélgica, Luxemburgo y España.
Un nuevo foco de conflicto social se instaló en Europa. Una manifestación convocada por los principales sindicatos griegos para protestar por el nuevo cóctel de medidas de ajuste aprobado por el gobierno socialista desembocó en el ataque con bombas molotov al Ministerio de Finanzas de Atenas y en varios enfrentamientos con la policía. Unas 50 mil personas coronaron en las calles de la capital griega la séptima huelga general desde febrero, cuando se aplicaron los primeros recortes en la economía, que atraviesa su peor crisis desde la Segunda Guerra Mundial.
Pese a que los ánimos se calmaron a última hora de la tarde en Atenas, la jornada de ayer quedará registrada como un nuevo capítulo de tensión entre el gobierno socialista de Giorgos Papandreu y la población griega. La movilización que, según los cálculos de los gremios organizadores, llevaban adelante unas 50 mil personas hacia el Parlamento –la última protesta contó con no más de 15 mil participantes– se desmadró cuando arribaron al edificio de la cartera económica y comenzaron a atacarlo con bombas molotov. La policía respondió con gases lacrimógenos y granadas cegadoras y logró apagar el incipiente fuego de la casa ministerial. Pese a la violencia de los hechos, no se registraron heridos.
La movilización griega coincidió con una convocatoria de la Confederación Europea de Sindicatos a acciones de repudio a las políticas de ajuste en Francia, Bélgica, Luxemburgo y España. El objetivo era exigir “a los gobiernos europeos no desmantelar más la Europa social”, señaló el secretario general de la Confederación Europea de Sindicatos (CES), John Monks.
En Atenas, particularmente, decenas de miles de trabajadores y estudiantes llevaron a las calles su repudio a la batería de leyes económicas de emergencia que el Parlamento aprobó en la madrugada del martes, con 156 votos a favor y 130 en contra. El paquete incluye más recortes salariales, traslados obligatorios de empleados de compañías estatales y una flexibilización de las leyes laborales en respuesta a la reforma económica que aconsejaron al gobierno griego el Fondo Monetario Internacional, la Unión Europea y el Banco Central Europeo como vías para recortar el gasto público. Sin ese recorte, Grecia no habría podido conseguir el plan de rescate por 110 mil millones de euros ofrecido por esos organismos de créditos.
Atenas anunció las nuevas medidas de austeridad después de una reunión, la semana pasada, con dirigentes de alto rango de la UE y el FMI, quienes urgieron al gobierno heleno a acelerar las reformas fiscales. Al enterarse de los nuevos ajustes, los principales gremios como GSEE, que aglutina a la mayoría de los empleados del sector privado, y Adedy, que juega el mismo rol en el sector público, convocaron a una huelga por 24 horas que, en algunas áreas, se duplicó en tiempo. Si bien la ciudad capital fue la más afectada, la norteña portuaria de Tesalónica también sufrió el paro general.
Las escuelas, los hospitales y oficinas públicas no abrieron sus puertas ayer. No funcionaron los trenes ni subterráneos, así como tampoco lo hicieron los barcos ni los aviones, debido al acatamiento total de la medida por parte de los controladores aéreos. Los empleados bancarios habían iniciado el paro el martes, en tanto que los periodistas lo harán el viernes y el sábado a través de un “apagón electrónico”. Por si fuera poco, hace una semana que los recolectores de basura del principal centro de recepción de residuos dejaron de realizar sus actividades.
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