El presidente de Venezuela, Hugo Chávez, acusó a los propietarios de 47 fincas en el norte del país de generar un clima propicio para un golpe de Estado. “Están llamando al caos y eso no lo puede permitir la Constitución. Dicen que van a buscar fusiles. Bueno, aténganse a las consecuencias”, sostuvo en respuesta a la protesta que los latifundistas llevaron a cabo ayer para repudiar la expropiación de tierras en el sur del lago de Maracaibo, en el estado de Zulia. Frente a la manifestación, el mandatario envió al Ejército y encomendó al comandante general Euclides Campos la dirección de la expropiación.

Chávez afirmó que los terratenientes de la zona “son capaces de todo” y los acusó de haber mandado a matar a líderes campesinos. “No digo que sean todos, pero ahora están amenazando al ministro de Agricultura y Tierras (Juan Carlos Loyo). Se creen dueños del mundo, para ellos no hay Constitución, para ellos no hay leyes”, aseveró.

En el sur de Zulia, productores, diputados electos y políticos de la oposición participaron de una asamblea para manifestar su posición en defensa de sus propiedades. Pese a que el gobierno dijo que reconocería la propiedad de 16 de las 47 fincas, los gremios dijeron que sólo aceptarán el respeto a todas las haciendas amenazadas por ocupación.

El vocero de la Federación de Ganaderos, Manuel Cipriano Heredia, exhortó al gobierno a desistir de la “amenaza militar” en Zulia y enviar técnicos del gobierno que evalúen la producción de las tierras. “Son fincas que no están ociosas y que se encuentran en plena producción de leche, carne, plátanos (bananos). Es una de las ideas más absurdas la decisión del presidente de expropiar esos fundos”, señaló. El coordinador nacional de la alianza opositora Mesa de Unidad, Ramón Guillermo Aveledo, coincidió con Heredia y advirtió que la movilización militar a la zona propicia un “grave riesgo de violencia”.

La reacción surgió luego de que el gobierno ordenara el viernes pasado la ocupación militar de latifundios y unidades de producción en las que existen campesinos en condiciones de explotación. El presidente acusó a los propietarios ganaderos de mantener como esclavos a los obreros que allí trabajan. Los productores se han negado a abandonar los campos y comenzaron a organizar movilizaciones de protesta.