EL MUNDO › OPERACIONES ESPECIALES DE EE.UU. EN PAKISTáN
› Por Rupert Cornwell *
Desde Washington
En una movida que podría aumentar el enojo paquistaní, los jefes militares de Estados Unidos en Afganistán están impulsando a la administración Obama a que expanda los ataques comando en la frontera contra los militantes talibán y de Al Qaida en las remotas áreas tribales de Pakistán. El plan, si fuera implementado, sería una significativa escalada en la guerra que ya lleva nueve años, y una jugada audaz para crear condiciones que les permitirían a las fuerzas de combate de Estados Unidos abandonar Afganistán en el fecha prevista de 2014, con una retirada inicial que comenzaría el verano que viene.
Pero también pondría una presión nueva y pesada sobre las delicadas y a veces tensas relaciones de Washington con Pakistán. Oficialmente Islamabad es el aliado vital de Estados Unidos si el conflicto debe llegar a buen término, pero también tiene lazos no oficiales y de larga data con el talibán, y es profundamente celoso de cualquier cosa que sugiera que no gobierna su territorio.
La propuesta, informada por The New York Times ayer, sucede menos de una semana después de que la Casa Blanca diera a conocer su última política para Afganistán. El informe declaraba que Pakistán era “central” para el éxito de Estados Unidos en Afganistán, pero manifestaba que los lazos entre Washington e Islamabad permanecían “desparejos”. Informes de inteligencia de Estados Unidos no publicados parece que dan una nota más sombría. Advertían que la guerra no se podría ganar, a no ser que Pakistán parara a los insurgentes de lanzar ataques contra las fuerzas del gobierno afgano y los aliados desde sus santuarios en las áreas tribales.
El plan de acelerar las operaciones especiales de ataques por parte de las unidades estadounidenses y afganas en esas áreas –sobre todo en el norte de Waziristán, base de la red Haggani afiliada a Al Qaida– significaría que Estados Unidos había llegado a la conclusión de que Pakistán o bien era incapaz o no estaba dispuesto a hacerlo y estaba tomando las cosas en sus propias manos. Pero, dicen los expertos aquí, esa podría ser una estrategia de alto riesgo, especialmente si es reconocida públicamente.
El gobierno de Pakistán es débil en la mayoría de los momentos, quizás por su alineamiento público con Estados Unidos, altamente impopular entre la población común. Se podría debilitar más si se considerara que Estados Unidos está tratando al soberano territorio de Pakistán como propio. En una señal de la sensibilidad del tema, Islamabad cerró recientemente un cruce de frontera clave a Afganistán durante 10 días, en represalia contra la excursión de un helicóptero de la OTAN en que dos soldados paquistaníes fueron muertos. El cierre dejó parados a los convoyes con abastecimientos de la OTAN y casi 150 camiones fueron destruidos por los ataques de los militantes.
En realidad la administración Obama aumentó decididamente el número de ataques teledirigidos a través de la frontera contra supuestos blancos talibán en las áreas tribales. Pero se niega a dar detalles por temor a ofender al gobierno paquistaní cuyo apoyo necesita tanto.
* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Páginal12.
Traducción: Celita Doyhambéhère.
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