Otra vez las calles de Italia se vistieron de protesta. Estudiantes, profesores y miembros del área universitaria de las principales ciudades del país volcaron ayer su repudio a la reforma de la educación superior que será votada hoy en el Senado. Piden la renuncia del primer ministro, Silvio Berlusconi, y de la ministra de Educación, Maristella Gelmini, autora del proyecto. La iniciativa propone un recorte financiero que afectaría sobre todo al servicio de becas. Los manifestantes consideran que los cambios son anticonstitucionales y ultraliberales, que restringen el derecho a la educación y privatizan de hecho el acceso a las universidades. Para el oficialismo, los cambios apuntan a mejorar la calidad educativa.

Distintos puntos de Roma, Milán, Palermo, Catania, Florencia, Bolonia, Bari y Cagliari, entre otras ciudades, fueron escenario de concentraciones y movilizaciones pacíficas, pese a la desmesurada presencia policial. La mayor parte de los efectivos de la fuerza se ubicaron alrededor de los edificios gubernamentales, para evitar que la gente se acercase. El objetivo de las protestas, a las que se sumaron referentes de la oposición política, fue la expresión en contra de la reforma que intenta llevar a cabo el Ejecutivo sobre la educación superior, a la que consideraron como la herramienta del gobierno para achicar el sistema de educación pública. En Roma, un grupo de estudiantes presentó las quejas al presidente de la República, Giorgio Napolitano, y luego exigió un debate con el Ejecutivo. “Ahora el gobierno debe abrir una confrontación con nosotros. No es posible blindarse en el Palacio para siempre”, consignó Luca Cafgana, uno de los manifestantes.

La reforma cuenta con la media sanción de la Cámara de Diputados. El proyecto plantea una reducción del presupuesto para el área universitaria de 1500 millones de euros, que serán tomados principalmente de las becas de estudio. Según las protestas, el ajuste en esa área será del 95 por ciento. Además, se eliminarán plazas de investigación y puestos de trabajo. De cada cinco profesores jubilados, sólo se reemplazará a uno. Por otro lado, la iniciativa propone la fusión de facultades y cursos que, según el gobierno, sólo atraen a unos pocos estudiantes y merman los recursos de otras áreas vitales de estudio. Por último, prohíbe que dos familiares trabajen en la misma universidad e introduce a personal no docente en cargos directivos.

Los cambios se inscriben en una modificación educativa general, conocida como “Reforma Gelmini” (por el apellido de la titular de la cartera educativa y creadora de la legislación), que comenzó a implementarse en el nivel primario en 2008. A nivel general, la reforma plantea una reducción de la inversión pública de 8000 millones de euros a aplicar entre 2009 y 2013, así como la supresión de 130 mil empleos durante ese período. En continuidad con esta línea, el presupuesto de enseñanza para 2011 contempla 700 millones de euros en secundaria.

El Ejecutivo esperaba las protestas, aunque no las autorizó. De todos modos, teniendo sobre la mesa los resultados de los enfrentamientos que la semana pasada tuvieron lugar entre la policía y manifestantes, envió a las fuerzas policiales a controlar la situación. En ese sentido, blindó el “triángulo de poder” de la ciudad capital, compuesto por el Senado, la Cámara de Diputados y la Casa de Gobierno. Cabe recordar que más de 40 jóvenes fueron detenidos la semana pasada, luego de participar de movilizaciones durante la jornada en la que Silvio Berlusconi logró por muy poco margen conseguir el voto de confianza.

Se esperaba que el Senado, de amplia mayoría oficialista, tratara y aprobara la reforma ayer. Pero debió ser aplazada para hoy por un error durante la votación del martes, cuando se trataron las enmiendas aplicadas por la oposición en Diputados.