EL MUNDO › DESDE LA CáMARA DE REPRESENTANTES, LOS REPUBLICANOS LE APUNTAN AL DéFICIT
El republicano John Boehner fue elegido como presidente de la Cámara baja, en reemplazo de la demócrata Nancy Pelosi. El legislador católico dejó en claro que piensa llevar a cabo las promesas de recortar gastos que nutrieron la campaña.
El Congreso de los Estados Unidos inició ayer su 112º período de sesiones. Para el presidente Barack Obama se abrió una etapa en la que la mayoría republicana en la Cámara de Representantes complicará sus planes. El republicano John Boehner fue elegido como presidente de la Cámara baja en reemplazo de la demócrata Nancy Pelosi, que se desempeñará como líder de la minoría. El vocero de Obama, Robert Gibbs, anunció que abandonará su cargo en la Casa Blanca para dedicarse de lleno a la campaña en 2012.
La apertura de sesiones fue hecha en simultáneo en la Cámara de Representantes, ahora bajo control de los republicanos, y en el Senado, que aún está en manos de los demócratas. En sus funciones como presidente del Senado, el vicepresidente Joe Biden tomó juramento a los 21 miembros de la Cámara alta que ganaron la reelección y a los trece nuevos, todos republicanos, a excepción de un representante oficialista.
La novedad para los republicanos es que fue elegido John Boehner, congresista de Ohio, para reemplazar a Nancy Pelosi en la presidencia de la Cámara de Representantes. Pelosi fue la primera mujer en ocupar ese cargo y estuvo allí desde 2007, después de la victoria demócrata de noviembre de 2006 en las elecciones de medio término. Después de prestar juramento, Boehner dijo que se tendrán que tomar decisiones difíciles en los próximos meses. “No podemos quedarnos cortos. No podemos postergar las decisiones”, ratificó el congresista de 61 años. El legislador católico dejó en claro en su discurso inaugural que piensa llevar a cabo las promesas de recortar gastos que nutrieron la campaña del año pasado. “Casi uno de cada diez de nuestros vecinos está sin trabajo. Los costos de la salud siguen aumentando y nuestra deuda pronto va a eclipsar el tamaño total de nuestra economía nacional”, se quejó el republicano.
Más allá del quehacer legislativo, Boehner quedará como tercero en la línea sucesoria de los Estados Unidos, detrás del presidente Obama y del vicepresidente Joe Biden. Durante la ceremonia de jura, Pelosi le dijo a su sucesor: “Tenemos que estar dispuestos a encontrar un terreno común para resolver los problemas y construir un futuro más seguro para todos los estadounidenses”. El mensaje de la líder de los demócratas en la Cámara de Representantes apuntaba a buscar una negociación, compromiso asumido por Obama después de la derrota sufrida en las elecciones de noviembre. El propio presidente trató de mostrarse optimista por los tiempos venideros. “Creo que va a haber un juego político”, dijo a su vuelta de Hawai.
La próxima iniciativa de los opositores llegará el viernes, cuando la Cámara comience a tratar la derogación de la reforma de salud impulsada por Obama. Los republicanos planean tener preparada la derogación para el 12 de enero. En realidad, mucho de lo que los republicanos hagan será simbólico, ya que los demócratas aún conservan el control del Senado. Pero dentro de la lista de prioridades de los republicanos estarán el supuesto gasto público excesivo y la insistencia para que la Casa Blanca dé explicaciones por la filtración de más de 250 mil cables diplomáticos.
La secretaria de Salud de los Estados Unidos, Kathleen Sebelius, salió al cruce de los planes de los opositores. “Los líderes republicanos han dejado claro que su prioridad va a ser revocar la nueva ley sobre la salud. No se me ocurre ninguna idea peor para las familias estadounidenses”, escribió la funcionaria en una columna en el Chicago Tribune. Robert Gibbs, vocero de la Casa Blanca, se pronunció de la misma manera. “Los republicanos saben que esto va a llegar a la mesa del presidente. No es probable que pase al Senado. Esto es un poco de ruido”, dijo el portavoz mientras Boehner pronunciaba su discurso.
El vocero, de 39 años, que trabaja con Obama desde 2004, confirmó ayer que abandonará su puesto a principios de febrero para convertirse en asesor externo del presidente estadounidense y así podrá dedicarse a la campaña para la reelección de Obama en 2012. Entre los principales candidatos a reemplazarlo figuran Jay Carney, el portavoz del vicepresidente Biden, así como Bill Burton y Josh Earnest, voceros adjuntos de la Casa Blanca.
La salida de Gibbs, una de las caras más visibles de la gestión Obama, augura una serie de remodelaciones en el gabinete del mandatario, que ocurriría en las próximas semanas, como adelantó la prensa local.
El movimiento interno también podría incluir el nombramiento de un nuevo jefe de gabinete. Según publicó el periódico The New York Times, Obama podría designar para hacerse cargo de esa área a William Daley, secretario de Comercio durante la presidencia de Bill Clinton, o podría mantener a Peter Rouse, quien ocupa ese cargo interinamente.
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