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› ACUERDAN EN LA ONU TRASLADAR UNA DECISION SOBRE IRAK PARA EL 14 DE FEBRERO
El sheriff da un plazo de dos semanas
Después de un informe sobre armas químicas, bacteriológicas y misiles que Estados Unidos y Gran Bretaña juzgaron positivo para su posición de línea dura, hay consenso en la ONU en que la reunión de mañana no será decisiva y que todo se traslada para mediados de febrero.
Por Julian Borger, Michael White y Ewen MacAskill *
Desde Nueva York y Londres
Estados Unidos y Gran Bretaña estaban clamando ayer victoria por su posición de línea dura contra Irak después de que el jefe de los inspectores de armas de las Naciones Unidas acusó a Bagdad de mentir sobre su reservas de gas VX, ántrax y planes para desarrollar misiles de largo alcance. Al final de un día crucial en la ONU, los inspectores parecían haberse ganado más tiempo para inspeccionar a Irak, pero limitado a menos de tres semanas. Washington y Londres aceptaron escuchar otra evaluación del cumplimiento iraquí el 14 de febrero.
El secretario de Estado Colin Powell, una figura clave detrás de la decisión de la administración Bush de continuar su caso contra Irak a través de la ONU, no tuvo dudas sobre las implicancias del informe del jefe de inspectores, Hans Blix. Si Irak seriamente quisiera evitar una guerra revelando los lugares donde se hallan sus armas de destrucción masiva, dijo, “las llevaría y las pondría frente de los cuarteles generales de los inspectores”. “El tiempo se está acabando -dijo-. Hicimos muy claro que no podemos permitir que el proceso de inspección se estire para siempre”.
Blix, responsable de armas químicas, biológicas y misiles, asombró al Consejo de Seguridad con una abierta condena a la conducta iraquí, diciendo que Bagdad todavía no ha aceptado la necesidad de un verdadero desarma. “Irak no parece haber llegado a una aceptación genuina, ni siquiera hoy, del desarme que se le ha exigido, y que es necesario llevar a cabo para ganar la confianza del mundo y para vivir en paz”. Blix dio una letanía de las armas iraquíes que no aparecen, incluyendo 6.500 bombas químicas, material suficiente para crear 5.000 litros de ántrax y una cantidad desconocida del químico letal VX en forma de armas. También mencionó programas para construir posibles misiles de largo alcance.
Por el contrario, Mohamed El Baradei, a cargo de las inspecciones nucleares, presentó una imagen general positiva de la cooperación iraquí y pidió “unos pocos meses más” para continuar con su trabajo para “evitar una guerra”. Inevitablemente, Washington y Londres ponen más énfasis en el informe Blix. Anoche, Downing Street dio un suspiro de alivio al ver que Blix había reivindicado la controvertida posición de línea dura de Tony Blair y que había pasado el fardo a Saddam Hussein para que demuestre que no tiene arsenales. El canciller Jack Straw fue belicoso en su respuesta. En contraste con otros cancilleres europeos en una reunión en Bruselas, dijo: “Ahora hay una clara evidencia que Saddam ha hecho de esto una charada de inspección, cooperación en proceso pero no en substancia”.
Según diplomáticos que participaron en una sesión a puertas cerradas del Consejo de Seguridad ayer, hubo acuerdo general de que Irak no está cumpliendo con su obligación de ser totalmente abierto sobre sus programas armamentísticos. Rusia y Siria fueron los únicos estados miembros que sostuvieron que Bagdad estaba cumpliendo totalmente.
Se espera que el discurso de hoy del presidente Bush sobre el Estado de la Unión subraye el caso contra Irak pero no establezca un ultimátum fijo. En su informe, Blix, el jefe de la Comisión de Monitoreo, Verificación e Inspección de la ONU (Unmovic. o Cocuvinu), acusó al régimen iraquí de no entregar documentos o testigos, ni explicar discrepancias en su informe sobre sus programas de armas. Acusó a Irak de confundir a la ONU sobre su producción de gas VX, diciendo que, contrariamente a las declaraciones de Irak, había “indicaciones que el agente había sido cargado en armas”. También dijo que las 16 ojivas químicas vacías que habían aparecido durante los dos meses de inspecciones “podían ser la punta de un iceberg”. En cuanto a las armas biológicas, Blix dijo: “Hay fuertes indicios de que Irak produjo más antrax que lo que declaró y que por lo menos parte de este fue retenido después de la fecha declarada de destrucción. Todavía puede existir”. El informe entregado por El Baradei, director general de la Agencia Internacional de Energía Atómica, no pudo haber sido más distinto en el tono. Dos veces pidió “un par de meses más” para completar su trabajo, a diferencia de Blix, que estudiadamente evitó pedir más tiempo. El Baradei dijo que los inspectores habían hecho “buenos progresos” y que “no se habían identificado actividades nucleares prohibidas durante esas inspecciones”. Dijo que sus inspectores “podrían brindar en los próximos meses la seguridad creíble que Irak no tiene un programa de armas nucleares. Estos pocos meses podrían ser una valiosa inversión en la paz porque podrían ayudar a evitar la guerra”.
Respondiendo a los dos informes, el enviado de Washington a la ONU John Negroponte dijo que “nada de lo que hemos escuchado hoy nos da la esperanza que Irak intente cumplir totalmente” con la resolución sobre el desarme de la ONU. Mohammed al-Douri, el enviado de Irak a la ONU, repitió la declaración de Bagdad de que el país no tenía armas de destrucción masiva. “Le abrimos todas las puertas a Blix y a su equipo. Si hay algo, el lo encontrará. No tenemos informes ocultos”.
El embajador británico, Sir Jeremy Greenstock, fue más lejos al dar su apoyo para otra reunión el 14 de febrero, como originalmente había sugerido Alemania. Añadió que la reunión del Consejo de Seguridad programada para mañana no era necesariamente decisiva. En contraste con el tono beligerante de Straw, Sir Jeremy evitó retratar el informe de Blix como base para una guerra y en cambio lo describió como “un catálogo de cuestiones irresueltas”. “La mayoría del Consejo de Seguridad, si no todos los miembros del Consejo de Seguridad, ven esto como una parte de un proceso en desarrollo,” dijo Sir Jeremy.
En una señal de tenue convergencia con Estados Unidos y Gran Bretaña, el embajador francés en la ONU, Jean Marc de la Sabliere, dijo que aunque las inspecciones iban bien, le pedía a Irak que fuera más “proactivo en su cooperación” y que cumpliera con las promesas a la ONU la semana pasada de ser más abierto.
* De The Guardian de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Celita Doyhambéhère
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