EL MUNDO › EL CONFLICTO POR EL AUMENTO DEL GAS EN MAGALLANES, CHILE
Cada vez más lejos de una solución, el conflicto en Magallanes por el aumento en la tarifa del gas coquetea con su expansión a todo el país. Sectores sindicales del área de cobre, mercurio y petróleo manifestaron ayer su repudio a la intransigencia del gobierno en cuanto al incremento y advirtieron un probable paro general.
La advertencia provino de un conglomerado de sindicatos que agrupa a cerca de 120 mil trabajadores. El presidente de la asociación, el petrolero Jorge Fierro, encendió la alarma al asegurar en una entrevista con radio Bío-Bío que los sindicatos que integran la unidad ya acordaron manifestar su apoyo a los trabajadores de la zona austral en conflicto a través de movilizaciones en diferentes puntos del país, y que aguardarán el desarrollo de la situación para lanzar un posible paro nacional si es que así los trabajadores de la Empresa Nacional de Petróleo (ENAP) lo solicitan.
El dirigente evaluó las consecuencias inmediatas que provocaría un parate en las áreas que aglutina la asociación gremial. En diálogo con la prensa chilena, vaticinó: “Esto puede terminar en un paro general, lo que se traduce en desabastecimiento, en paro de industrias. Estamos hablando (de que se paralizarían trabajos) de minería, de energía e incluso de construcciones de montajes, plantas que se están construyendo en Chile”.
El conglomerado dirigido por Fierro agrupa a trabajadores del cobre y subcontratistas, la Federación de Supervisores de Codelco, la Federación Minera de Chile, el Sindicato Nacional de Minería, la Federación de Trabajadores del Petróleo y la Confederación de Trabajadores de la Metalurgia.
“El gobierno actúa de una manera muy soberbia y arbitraria. Nosotros acompañamos a los compañeros trabajadores”, aseguró Fierro. El diálogo en la región, entre los asambleístas y los funcionarios de La Moneda continúa paralizado, luego de que el Estado no accediera a dar marcha atrás en el aumento de las tarifas, tal como lo exigen los habitantes de Magallanes.
El sábado, los asambleístas exigieron que el obispo de Punta Arenas, monseñor Bernardo Bastres, abandone el rol de mediador y pidieron por el nuevo ministro de Energía, Lawrence Golborne. Si bien Bastres ratificó su disponibilidad para continuar con las tareas de restablecimiento del diálogo entre ambas partes, remarcó que no depende sólo de él. “Si no me reconocen como interlocutor válido yo no sigo. Mi trabajo es acercarme a todos. Si esto escapa de lo que significa facilitar, yo tengo que retirarme, tengo que ser también coherente con mi comunidad cristiana. Yo soy pastor de todos, no sólo de un grupo”, señaló en diálogo con radio Bío-Bío. No obstante, culminó la conversación con una opinión poco conciliadora: “El daño es tremendo porque la gente que está protestando es la que va a salir más dañada”.
Tal ambiente es el que recibirá al flamante ministro Golborne en la capital de Magallanes, hacia donde viajará en las próximas horas para hacerse cargo de las tratativas con los habitantes, con el objetivo de convencerlos de que depongan su actitud.
La situación de los turistas que durante los últimos cinco días se vieron afectados por el paro de los magallánicos comenzó a mejorar a partir de ayer. Unas tres mil personas pudieron abandonar Chile cuando se abrieron caminos y comenzaron los traslados al aeropuerto de la capital de la región.
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