EL MUNDO › CRITICAS EN EL CAPITOLIO POR VIOLACIONES A LOS DD.HH.
En el Congreso, los legisladores atribuyen a Beijing la responsabilidad de las dificultades económicas de Estados Unidos por la estrategia china de mantener baja la cotización de su moneda para abaratar el precio de sus exportaciones.
El presidente chino, Hu Jintao, se reunió ayer con legisladores demócratas y republicanos estadounidenses en el Capitolio, donde recibió críticas por la situación de los derechos humanos en su país, en su segundo día de visita oficial en Washington. Hu se encontró con el nuevo presidente de la Cámara de Representantes, el republicano John Boehner, y con el líder de la mayoría demócrata en el Senado, Harry Reid, así como con el senador Richard Lugar y los ex candidatos presidenciales John Kerry y John McCain y con la líder de la minoría demócrata en la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi.
“Es importante que continuemos resolviendo nuestras diferencias de manera que beneficie a nuestros países y nuestros pueblos”, estimó Boehner luego de la reunión. El jefe republicano agregó que expresó sus “preocupaciones” sobre la libertad religiosa en China. Pelosi, vocera de frecuentes críticas contra el desempeño de China en materia de derechos humanos, precisó que el Tíbet estuvo entre las discusiones. La jefa demócrata dijo que se tocó el tema del caso del disidente detenido y Premio Nobel de la Paz Liu Xiaobo.
Hu se reunió asimismo con Reid. Tras haber calificado al mandatario chino como “dictador”, Reid se retractó y recibió ayer a Hu en una se las salas de gala del Senado. Reid evaluó la reunión como “productiva” y afirmó que se trató el tema de la moneda china. Los derechos humanos, Corea del Norte, Irán, Sudán y las relaciones con Taiwan también fueron parte de sus conversaciones.
Pero en el Congreso, los legisladores atribuyen a Beijing la responsabilidad de las dificultades económicas de Estados Unidos, sobre todo del sector manufacturero. El lunes, la víspera de la llegada de Hu a Washington, tres senadores estadounidenses habían advertido de su intención de promover legislación para hacer frente a lo que consideran una estrategia de Beijing para mantener baja la cotización de su moneda y mantener así sus exportaciones baratas.
Tras el encuentro con Hu, Boehner difundió un comunicado en el que celebraba los mayores vínculos económicos con el gigante asiático, pero expresando sus fuertes objeciones a su política de derechos humanos.
“Planteamos nuestras fuertes y continuas preocupaciones por los reportes de violaciones de los derechos humanos en China, incluyendo la falta de libertad religiosa y la práctica de abortos forzados como consecuencia de la política de hijo único”, dijo Boehner.
En cuanto a las críticas por la política económica, Hu planteó que durante los últimos diez años los productos baratos chinos permitieron a los consumidores estadounidenses ahorrar más de 600 mil millones de dólares. Agregó que varias empresas estadounidenses lograron algunos de sus mejores beneficios en operaciones en China. “Incluso en 2008 y 2009, cuando la crisis financiera internacional fue más severa, más del 70 por ciento de las empresas estadounidenses en China continuaron arrojando beneficios”, dijo el jefe de Estado chino.
Estados Unidos acusa a China de subvaluar su moneda, el yuan, para alentar sus exportaciones, algo que perjudica su crecimiento y su mercado laboral. China es el principal socio comercial de Washington, pero el déficit estadounidense en esa balanza de intercambio alcanza los 270.000 millones de dólares.
Ayer, 84 legisladores de los dos grandes partidos escribieron una carta a Obama para que presionara a Hu para poner fin a la denunciada competencia comercial desleal porque “la paciencia se agota”.
En una conferencia de prensa conjunta el miércoles, el presidente Obama dijo que habló “muy abiertamente con el presidente Hu” sobre el tema de los derechos humanos y presionó a su colega chino a respetar los “derechos universales” de los seres humanos, establecer “reglas de juego parejas” para las empresas estadounidenses en China y combatir la piratería intelectual, en declaraciones que no muchos esperan templen el malestar de los congresistas.
El presidente chino, sin embargo, se limitó de decir que Beijing considera a los derechos humanos como un asunto interno y que las discusiones sobre ese tema deben tener lugar bajo condiciones de respeto mutuo.
Los acuerdos millonarios logrados el miércoles por Boeing y otras empresas con los chinos no pudieron ser más oportunos. De hecho, la importancia de los asuntos económicos se puede observar en la forma en que se distribuyó el tiempo de las conversaciones bilaterales: alrededor de la mitad giró en torno de la economía, mientras que el resto del tiempo fue ocupado en dialogar sobre derechos humanos, Irán, Corea del Norte y otros temas. Es que a Estados Unidos no sólo le preocupa que el gigante asiático sea el mayor acreedor al tener bonos de su país por 900 mil millones de dólares, sino también el peligro de que el crecimiento chino pueda afectar la generación de empleo en Estados Unidos.
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