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Un estallido talibán
La guerra afgana no terminó. Dieciocho personas murieron y una más resultó herida de gravedad ayer en el sur de Afganistán cuando el micro en que viajaban pasó sobre una mina, informó Jalid Pashtun, portavoz del gobierno de la provincia de Kandahar. El vehículo pisó la mina en Rambasa, 10 kilómetros al sur de la ciudad de Kandahar. Todos los muertos eran civiles procedentes de un pueblo que viajaban a Kandahar para hacer sus compras; sólo el conductor y un niño sobrevivieron. Pashtun atribuyó en principio la explosión a combatientes del derrocado régimen talibán –que tenían su bastión en Kandahar–, a terroristas de Al-Qaida o a milicias del caudillo fundamentalista Gulbuddin Hekmatyar. El portavoz tampoco descartó que se tratara de una vieja mina, de la época de la guerra contra la ocupación soviética en los años ‘80 o de la guerra civil de los ‘90. Hasta ayer nadie se había adjudicado un supuesto ataque. Pero las autoridades locales hablaron exclusivamente de un atentado. La total destrucción del micro les indicó que el artefacto no era sólo una mina antipersonal sino que probablemente tenía un explosivo mayor adosado.