Desde Roma

Ruby, la joven marroquí cuyo nombre ha dado la vuelta al mundo por ser el motivo del juicio que por prostitución de menores deberá afrontar el primer ministro italiano, estuvo en la casa de Silvio Berlusconi en Arcore (norte de Italia) quince veces entre febrero y mayo de 2010, según habrían podido constatar los investigadores al localizar su teléfono celular.

Esto y muchas cosas más sobre las interceptaciones telefónicas hechas a las muchachas que frecuentaban las fiestas de Berlusconi y los interrogatorios hechos por los fiscales salieron a relucir ayer en la prensa italiana.

Según las declaraciones realizadas por Ruby a los fiscales que la interrogaron varias veces, parte de las cuales fueron difundidas por el diario La Repubblica, el jefe del gobierno no sabía en un principio que la joven marroquí era menor de edad. Lo supo después, cuando le ofreció darle en alquiler un departamento en un complejo, Dimora Olgiattina, de su propiedad.

La primera vez que Ruby estuvo con Berlusconi fue el 14 de febrero. Según la muchacha, “Berlusconi se apartó conmigo a otra habitación donde estábamos solos. Me dijo que mi vida cambiaría y aunque él no habló explícitamente de relaciones sexuales, no fue difícil para mí entender que me proponía tener sexo con él”.

Ella confiesa que quiso creerle aunque el pretendiente tenía 74 años. Hija de un vendedor ambulante marroquí radicado en Italia, Ruby escapó de su casa y de su cultura para hacer fortuna, al menos aquella fortuna que en Italia muchas chicas de su edad creen que es el mundo de la televisión. Conoció a Emilio Fede, periodista de Rete 4 de Berlusconi, y a Lele Mora, empresario televisivo encargado de descubrir “nuevos talentos”. Y gracias a ellos aterrizó en Arcore el Día de San Valentino para ir a la fiesta en Villa San Martino, la residencia privada del primer ministro.

Y tal vez el encuentro con Berlusconi significó para ella tocar el cielo con las manos. En las declaraciones a los jueces dice que esa noche Berlusconi le regaló 50 mil euros. Más adelante la joven cuenta que en las fiestas en Arcore conoció a otras muchachas que le mencionaron que quien estaba con Berlusconi podía tener una casa gratis, en algunos casos con el alquiler pagado por cinco años. Hasta ese momento, Ruby le había dicho a Berlusconi que tenía 24 años y que era egipcia. “Pero cuando me propuso asignarme el departamento no pude mentirle más. Entonces le dije la verdad, que era menor y que no tenía documentos.” Según Ruby, además fue el propio Berlusconi quien sugirió que dijera que era la sobrina de Mubarak, así podía justificar los recursos que le pondría a disposición.

En el interrogatorio, la muchacha marroquí habla también de lo que llama el “rito del harén”, haciendo alusión a las fiestas en Arcore en una sala subterránea, donde había bailes, escenas y las muchachas danzaban sugestivamente en torno del premier.

El diario romano Il Messaggero y el milanés Corriere della Sera hablaron de otras fiestas sobre las que la Justicia estaría investigando, en Nápoles y en un castillo cerca de Roma, el castillo di Tor Crescenza, alquilado por una exponente del partido de Berlusconi, il Poppolo della Libertà, el verano pasado.

Mientras tanto, el primer ministro prefiere guardar silencio y no comentar nada sobre el proceso que deberá afrontar a partir del 6 de abril en Milán por prostitución de menores y abuso de poder, al haber liberado de manos de la policía a Ruby, acusada por un robo, diciendo que era la sobrina de Mubarak. “Por amor a la patria de esto no hablo, puedo decir sólo que no estoy preocupado para nada”, dijo ayer Berlusconi en una rueda de prensa en la que el gobierno presentaba sus logros económicos.

En cambio prefirió referirse al encuentro que mantuvo en la noche del martes con su principal aliado, Umberto Bossi, de la conservadora Liga Norte, quien está muy apurado porque el Parlamento apruebe una ley sobre el federalismo fiscal, antes de que se llame a elecciones. Bossi le dijo que pese al mal momento que está pasando, le daba su confianza para seguir adelante con el gobierno, contó el primer ministro. Por lo cual Berlusconi no renunciará, como en cambio pide a gritos la oposición, al menos hasta que el Parlamento apruebe algunas leyes que su partido considera fundamentales, como la reforma de la Justicia y el federalismo... a no ser, tal vez, que salgan a relucir nuevas y candentes revelaciones.