Vie 18.02.2011

EL MUNDO  › LA CENTRAL OBRERA BOLIVIANA PIDE UN AUMENTO DEL SALARIO EN UN 30 POR CIENTO

Protestas y huelga de la COB

El presidente Evo Morales dio marcha atrás con el “gasolinazo” el 30 de diciembre pasado, pero los precios de los alimentos de la canasta familiar y del transporte siguieron aumentando. Hubo manifestaciones en varias ciudades de Bolivia.

› Por Sebastián Ochoa

Desde La Paz

El gobierno de Evo Morales enfrenta una serie de protestas en varias ciudades del país, todas vinculadas con la escasez de alimentos, el aumento del precio de la canasta básica y de las tarifas de micros urbanos. Hoy, la Central Obrera Boliviana (COB), proverbial aliada del presidente aymara, convoca a un paro de 24 horas en reclamo de que el Ejecutivo aumente los salarios hasta en un 30 por ciento. Ayer, los trabajadores abandonaron una reunión con dos ministros, disconformes con la propuesta gubernamental. El presidente dijo que el planteo de algunos dirigentes le “da risa”.

“Evo, Alvaro: el pueblo está con hambre”, coreaban ocho mil vecinos de la ciudad de El Alto –según datos oficiales–, que bajaron el martes hasta la plaza Murillo, en La Paz, donde está el Palacio de Gobierno. Aunque la consigna no rimaba, era clara. El decreto 748, del 26 de diciembre de 2010, establecía aumentos de hasta del 83 por ciento en el precio de los combustibles, porque el Estado programaba dejar de subvencionarlo. Al día siguiente, los principales alimentos de la canasta básica aumentaron en el mismo grosor.

Ante la certeza de que Morales había tomado una decisión errada, dio marcha atrás con el “gasolinazo” el 30 de diciembre pasado, pero los precios de los alimentos mantuvieron los precios altos o siguieron subiendo. “Estamos marchando contra el alza de precios de los principales alimentos, especialmente del azúcar, y en contra de las amenazas de los choferes de elevar las tarifas del transporte público”, dijo el presidente de la Federación de Juntas Vecinales (Fejuve) de El Alto, Rubén Javier Paz. “Desgraciadamente, por culpa del decreto 748, que subió el precio de la gasolina y el diésel, aumentó el precio de los alimentos. Se abrogó el decreto, la gasolina y el diésel bajaron. Pero no así los otros productos y, en algunos casos, como el azúcar, subieron más del doble”, agregó.

En lo que va de 2011, el azúcar está desaparecido de los supermercados y tiendas de barrio. Ocasionalmente se encuentran algunos kilos importados de Perú, Colombia o Brasil, vendidos a precio de especulación, por encima de los 7,50 bolivianos el kilo que estableció el gobierno (un dólar se cotiza a 7,02 bolivianos). El Ejecutivo anuncia en los medios de comunicación que este endulzante tiene arancel cero para la importación. De esta manera, espera que baje su costo en el mercado interno. En el Palacio Quemado también esperan a abril, cuando sea la cosecha de caña y –sostienen– se acabe el desabastecimiento de este producto, promotor de enfermedades como la diabetes y generador de pronunciados cambios en el ánimo de sus consumidores.

Según datos oficiales, la inflación en 2010 para Bolivia fue del 8 por ciento. En los primeros días de enero, el Ministerio de Economía aseguró que para 2011 sería del 4 por ciento. Pero a los pocos días corrigió las cuentas y pronosticó un 6 por ciento. Actualmente, el gobierno prevé aumentar los salarios, posiblemente en un 7 por ciento, de acuerdo con el dato inflacionario. Pero los trabajadores asalariados exigen incrementos de hasta el 30 por ciento, amparados en estudios realizados por universidades, como la de San Andrés.

En las ciudades de Oruro, Potosí y Cochabamba, los pasajes de micro subieron hasta un 30 por ciento. En la ciudad de Santa Cruz, los choferes marchan a diario para que les permitan aplicar el aumento. Los productores de leche consiguieron aumentar el precio del litro de 2,68 a 3,10 bolivianos. Pero quieren venderla a 4,50 para compensar sus gastos. En una protesta, los lecheros se enfrentaron con la policía el martes en Cochabamba. En la calle, el litro todavía se consigue a 5 bolivianos.

“Es obligación del gobierno nacional cuidar la economía nacional, lo que significa tener un recurso para la inversión. Con justa razón, la COB nos pide la reactivación del aparato productivo, lo que significa nuevas industrias; pero necesitamos plata, no sólo vamos a gastar la plata en salarios. De verdad, a mí me causa risa cuando dicen ‘incremento salarial del 40, 50 hasta el 70 por ciento’”, dijo el presidente en conferencia de prensa.

Morales agregó que el plan de la COB es “descabellado” y puso en duda la autoridad de los dirigentes sindicales. “El pueblo no come porcentajes y no es descabellado para el estómago de los bolivianos”, dijo Pedro Montes, secretario ejecutivo de la central obrera.

Los manifestantes en ciudades como Cochabamba gritan “¡Evo, Evo cabrón!”, estribillo que perteneció a los grupos de derecha, hoy desaparecidos. Quienes resucitaron la frase son, en muchos casos, masistas o votantes incondicionales de Morales, ahora desilusionados con sus políticas.

El martes, mientras la COB definía ir al paro, Morales presentaba a los nuevos integrantes de su gabinete. El ex senador Félix Rojas se hizo cargo del Ministerio de Trabajo. La funcionaria que salió, Carmen Trujillo, era una de las más criticadas por las organizaciones sociales. También piden que dejen sus cargos los ministros de Gobierno, Economía y Desarrollo Productivo, entre otros, pero el presidente decidió conservarlos.

Cambió a la ministra de Cultura, la cantante Zulma Yugar, por la ex diputada Elizabeth Salguero, quien –lo mismo que Rojas– viene de perder en las elecciones de abril de 2010. En esa ocasión se habían postulado para las alcaldías de La Paz y Oruro, respectivamente.

Morales reactivó el Ministerio de Comunicación, que desde 2002 no funcionaba. Nombró como ministro a quien era vocero presidencial, el periodista Iván Canelas.

El nuevo ministro de Trabajo dijo que atendería su cargo bajo “la trilogía del ama quella (‘no ser flojo’), ama llulla (‘no mentir’) y ama sua (‘no robar’) para consolidar una Bolivia con equidad, igualdad, pluriculturalidad, plurirreligiosidad y plurieconomía”. Al margen del slogan aymara, la escasez de alimentos descubrió casos de corrupción y de ocultamiento de productos en la empresa estatal Emapa, creada para evitar crisis alimentarias de este tipo. Hasta el momento, tres funcionarios fueron despedidos por conductas poco éticas, ya que habrían facilitado el acceso a azúcar o harina a empleados del gobierno, mientras en las calles se arman filas largas para conseguir medio kilo del endulzante.

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