EL MUNDO › SHABAZ BHATI ERA CRíTICO DE LA LEY DE BLASFEMIA
El ministro paquistaní de Minorías Religiosas, Shabaz Bhati, fue asesinado ayer por desconocidos que acribillaron a balazos su automóvil, después de que este católico militara por la supresión de la pena de muerte en caso de blasfemia y defendiera a la minoría cristiana.
Tres o cuatro hombres a bordo de un coche dispararon a la luz del día contra el vehículo de Shabaz Bhati en un barrio acomodado de la capital, cuando salía de la casa de su madre. Los atacantes lograron escapar. Este es el segundo crimen de un funcionario crítico a la ley de blasfemia.
En el lugar del crimen se halló una carta atribuida a los partidarios de Al Qaida y a los talibán paquistaníes que reivindica el asesinato.
Según el jefe de la policía de Islamabad, Wajid Durrani, Bhati había pedido a su escolta habitual que lo esperase en su oficina, en lugar de ir a buscarlo a casa de su madre, a la que solía ir sin guardaespaldas. El asesinato fue cometido en plena controversia en este país musulmán sobre unas propuestas para enmendar una ley que prevé la pena de muerte en caso de blasfemia.
Las cadenas de noticias británica BBC y árabe Al Jazeera difundieron ayer un video grabado y entregado por Bhati para ser difundido en caso de morir, una decisión que parece demostrar que el ministro sabía que corría peligro. En el video, el ministro dijo que había sido amenazado por Al Qaida y los talibán de Pakistán, pero que esto no iba a hacer que dejara de hablar a favor de “los cristianos y otras minorías oprimidas, marginadas y perseguidas” en Pakistán. “Moriré para defender sus derechos. Estas amenazas y advertencias no pueden cambiar mis opiniones y principios”, dijo Bhati en la grabación.
El asesinato de Bhati provocó una oleada de reacciones de indignación. La ONU llamó a reformar la ley sobre la blasfemia y la Unión Europea denunció “el clima de intolerancia y de violencia” en Pakistán. El Vaticano condenó un “acto de violencia incalificable” y Estados Unidos, Francia e Italia expresaron su repulsión por lo ocurrido.
Dos meses antes, el 4 de enero, en pleno día, Salman Taseer, el gobernador de Punyab, la provincia más habitada de Pakistán, fue acribillado a balazos por un policía del comando de elite encargado de su protección. El asesino alegó en su defensa que Taseer defendía a Asia Bibi, una cristiana condenada a muerte por haber “insultado” al profeta Mahoma, y porque el gobernador era partidario de una enmienda a la ley contra la blasfemia.
Hace dos meses que se registran manifestaciones de apoyo a ese policía y contra cualquier cambio de la ley. Ante la presión popular, el gobierno repite incansablemente que no tiene ninguna intención de apoyar la enmienda presentada por algunos legisladores.
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