Sáb 05.03.2011

EL MUNDO  › LUIS MORENO OCAMPO EXPLICA SU INVESTIGACIóN DE LOS CRíMENES EN LIBIA

“Como fiscal, ya les avisé”

Khadafi, sus ministros “y los que tienen poder de facto” ya saben que sus actos están siendo observados por la Corte Penal Internacional. El fiscal argentino explica las diferencias con Sudán y cómo creció su oficina.

El fiscal de la Corte Penal Internacional (CPI), Luis Moreno Ocampo, está investigando la situación en Libia, donde ya los muertos se cuentan por miles. En diálogo telefónico con Página/12, el jurista argentino se refirió al rol que está jugando la comunidad internacional a la hora de poner fin a las violaciones a los derechos humanos que está cometiendo el régimen de Muammar Khadafi. Moreno Ocampo sabe que le queda mucho camino por desandar, pero se muestra confiado en que no habrá impunidad para quienes masacran a la población civil.

–¿Por qué decidió abrir una investigación sobre la situación en Libia?

–El mundo ha reaccionado de una manera muy interesante. A partir del 15 de febrero, se generó un movimiento en Libia que propugna un cambio político y a raíz de eso se produjeron los incidentes en los que cientos de personas fueron atacadas y muertas. Solamente dos semanas después, el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas reaccionó y le pidió a la Corte Penal Internacional que intervenga. Esto es único porque lo hicieron los quince países miembros en forma unánime. Esa acción muestra que el mundo no está aceptando que las fuerzas de seguridad de un país maten gente en forma masiva. A partir de esa orden, yo decidí abrir la investigación porque considero que se están cometiendo crímenes de lesa humanidad en Libia.

–¿Usted decidió centrarla únicamente en Khadafi, un par de sus hijos y algunos jerarcas de su régimen? ¿Esa es la nómina definitiva?

–La investigación empezó el jueves. Yo todavía no tengo definido a quién voy a acusar. Hay una cierta confusión porque yo identifiqué a Khadafi, a personas que tienen poder de facto y a quienes tienen poder formal porque ellos tienen que evitar que esos crímenes ocurran. Como fiscal de la CPI, les avisé que si sus tropas cometían crímenes y no lo evitaban, ellos serían responsables.

–¿Cómo van a realizar la investigación sobre Libia?

–Con dificultades. Pero ésa es la tarea de esta fiscalía: investigar crímenes masivos mientras están ocurriendo. Por eso, tenemos muchas dificultades para acceder a los lugares. En Darfur, por ejemplo, nunca fuimos al territorio. Investigamos por afuera, buscando testigos alrededor del mundo. Veremos cómo vamos a trabajar en Libia, pero esa información es confidencial. Cuando tengamos el caso listo, lo presentaremos ante los jueces y en ese momento se dará a publicidad.

–¿Para cuándo estima que tendrán lista la demanda para presentar ante los magistrados?

–No hay plazos. Cuando estemos listos, lo haremos. Esperamos que sea en pocos meses.

–¿Qué diferencia tiene la situación actual en Libia con el caso sudanés, que usted investigó en 2005?

–En Sudán, se trató de un ataque masivo a, por lo menos, tres millones de personas y hubo no menos de 40 mil muertos. Existieron miles de mujeres violadas y cerca de tres millones de personas desplazadas. Eso ocurrió durante dos años seguidos en un territorio del tamaño de Francia. En cambio, en el caso de Libia, estamos hablando de siete ciudades específicas durante unas dos semanas. No se sabe bien aún las cifras de muertos. Pero se está hablando de un máximo de 5000 asesinados. Todavía tiene dimensiones menores.

–¿Qué pasará si cuando los jueces emiten la orden de captura de Khadafi, el líder libio se refugia en algún país en el que no tenga jurisdicción la CPI, como puede ser la misma Libia?

–La CPI opera como cualquier corte del mundo. Los jueces ordenan o esperan el arresto por parte de la policía o de las fuerzas locales. En el caso de Sudán, al ser Omar Hasan Ahmad al Bashir el presidente, eso impide que su policía lo arreste. Qué pasará en Libia lo veremos. Aunque es un caso distinto. El nivel de consenso para que se investigue el caso de Libia es mucho mayor que cuando se trató de Darfur. En ese momento, Estados Unidos, Rusia y China no votaron a favor, se abstuvieron.

–Usted advirtió el jueves a los rebeldes que podían ser procesados también. ¿Les pueden caer los mismos cargos que a quienes manejan el aparato estatal?

–No, depende de los crímenes que cometan. Hasta ahora hay posibilidad de crímenes de lesa humanidad, es decir, un ataque masivo y sistemático a la población civil. Hasta el momento, en Libia se mató a ciudadanos que protestaban. Pero estamos viendo aparecer a grupos de la oposición que tienen armas y eso puede generar la aparición de un conflicto armado. Entonces, habría una posibilidad de que los grupos armados de la oposición cometan crímenes de guerra. Esperemos que no. Por eso, yo dejé muy claro que eso no debería ocurrir.

–¿Qué planes tiene para el año que viene, cuando termine su mandato como fiscal de la CPI?

–Terminar bien. La verdad es que fue un honor empezar con esta fiscalía. En ese entonces, yo tenía un par de empleados y un caso. Hoy tengo 300 empleados de 80 países diferentes y estamos trabajando en los conflictos más graves del mundo. Todavía tenemos que terminar los primeros juicios, que espero que sea durante este año. Tenemos que terminar la investigación sobre Kenia, avanzar con Libia. Hay tanto todavía que yo sólo estoy concentrado en terminar bien. Esta Corte es muy importante para el mundo, por eso sólo puedo pensar en esta tarea. Lo que tengo claro es que no quiero ningún cargo público porque, después de este puesto, no hay nada más importante.

Entrevista: Luciana Bertoia.

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