El presidente de Ecuador, Rafael Correa, denunció ayer que un grupo de desconocidos cruzó una caravana que integraba y le arrojó un ladrillazo contra el auto en el que se desplazaba, al salir del puerto pesquero artesanal de Esmeraldas, en el norte del país. El mandatario remarcó que se trató de un “atentado gravísimo a la seguridad nacional” y que sus autores ya están plenamente identificados. El jueves, cuando Correa se disponía a salir de las inmediaciones del puerto artesanal de Esmeraldas por la única calle angosta, un vehículo rojo estaba atravesado en la calzada lo que impedía el paso de la caravana presidencial. Personal de seguridad retiró el coche y, a los pocos minutos, un pedazo de ladrillo fue lanzado contra el jefe de Estado. “Vamos a tomar las medidas legales pertinentes, estos mafiosos deben entender que estamos en un Estado de derecho y que aquí hay principio de autoridad. Están acostumbrados a hacer lo que les da la gana, tiran bombas lacrimógenas, lanzan piedras, palos y que nunca los toquen. Se acabó esto, vamos a aplicar la ley”, prometió Correa, que el año pasado sufrió un intento de golpe.