EL MUNDO › QUE QUIERE SABER EL DEPARTAMENTO DE ESTADO SOBRE IRAN
Un cable firmado por Hillary Clinton y dirigido a toda América latina revela cómo actúa y qué busca el sector de Inteligencia de la diplomacia estadounidense.
› Por Santiago O’Donnell
El cable no dice con todas las palabras que hay un nuevo enemigo en el patio trasero, pero lo da a entender. Describe un país con “una agenda antiestadounidense”, capaz de lanzar “ataques terroristas en la región” y de proveer “ayuda letal a sus aliados”.
El Departamento de Estado estadounidense no oculta preocupación por la creciente presencia de Irán en la región en un cable diplomático de enero del 2009 filtrado por Wikileaks, al que tuvo acceso Página/12.
El documento firmado por Hillary Clinton arranca diciendo que sus analistas políticos y de Inteligencia han llegado a la conclusión de que Irán busca romper su aislamiento diplomático relacionándose con gobiernos de izquierda en Latinoamérica y el Caribe.
“Los analistas de Washington afirman que Teherán está extendiendo su mano a los países latinoamericanos para reducir su aislamiento diplomático e incrementar sus vínculos con gobiernos izquierdistas en la región que Teherán percibe que pueden compartir su agenda antiestadounidense”, dice el texto. “El presidente Ahmadinejad parece ser la fuerza impulsora detrás de esta política.”
A continuación, los analistas aseguran que el presidente venezolano en persona se ha encargado de ampliar los contactos de Irán en la región.
“(Ahmadinejad) ha recibido asistencia personal del presidente venezolano Hugo Chávez. Los vínculos de Irán con Venezuela incluyen cooperación militar, son los más cercanos y significativos.”
El cable vincula a Irán y Venezuela con una agrupación que Washington acusa de terrorista.
“Dado el alto perfil de la relación Irán-Venezuela, individuos vinculados a Hezbolá probablemente ven a Venezuela como un santuario donde pueden recaudar fondos y apoyar actividades sin interferencia. Otros gobiernos populistas como Bolivia, Ecuador y Nicaragua también han buscado vínculos políticos y económicos con Irán. Irán ha establecido centros culturales en 16 países de la región y embajadas en diez países.”
Hezbolá es un movimiento islamista chiíta que forma parte del gobierno del Líbano y recibe asistencia de Siria e Irán. Hezbolá ha sido declarado organización terrorista por Estados Unidos, la Unión Europea e Israel, pero no por los gobiernos sudamericanos. En los cables filtrados por Wikileaks el gobierno estadounidense da por hecho que el atentado a la AMIA fue cometido por Hezbolá por orden del gobierno Iraní. El juez argentino que lleva la causa no ha acusado al Estado iraní ni a Hezbolá, pero libró órdenes de captura para varios funcionarios y ex funcionarios iraníes sospechados de planear el atentado. Además, sostiene la hipótesis de la fiscalía según la que un militante suicida de Hezbolá habría manejado el coche-bomba que habría provocado el estallido.
Tras alertar sobre la presencia iraní en la región, el resto del cable que mandó Washington a más de 30 embajadas en países latinoamericanos y caribeños se lee como un manual de todo lo que usted siempre quiso saber pero nunca se animó a preguntar. En este caso, sobre lo que Estados Unidos piensa de Irán y su aparición como actor regional. Desde los acuerdos culturales hasta la venta de armas, desde los convenios comerciales hasta los intercambios estudiantiles.
El cable incluye una larga lista de preguntas que el Departamento de Estado les hace a sus distintas delegaciones extranjeras. Aunque el autor reconoce que “carecemos de información sobre los objetivos estratégicos de Irán en la región”, las preguntas están llenas de presupuestos y afirmaciones que revelan la existencia de una hipótesis de conflicto de acuerdo con la cual Irán es un enemigo a rastrear en todo el mundo.
Por ejemplo, cuando pregunta si “Teherán tiene alguna intención de usar la región como escenario de potenciales ataques terroristas, ya sea en forma directa o a través de terceros”, está diciendo que Irán es capaz de hacerlo. Lo mismo cuando pregunta: “¿Hay personas afines al gobierno de Irán dedicadas a la creación de redes para potenciales ataques terroristas a futuro?” o “¿Irán apoya actividades terroristas en la región?”.
Cuando pregunta si Irán ha establecido contactos con “otros” grupos “terroristas o radicales”, como las FARC, está diciendo que Irán lo es también.
Las preguntas, decenas de ellas, van desde lo más general, como “¿cuál es el tamaño de la comunidad chiíta?” hasta casos puntuales de presunto tráfico de armas, como “¿hay información adicional del cargamento iraní que iba a Caracas, interceptado en Turquía?”.
En los cables de Wikileaks a los que accedió Página/12 no figura la respuesta de la embajada en la Argentina, aunque la preocupación por Irán (y por Hezbolá) aparece reflejada en muchos de ellos. En contactos de la embajada con miembros del Gabinete, jueces, legisladores y jefes militares, policiales y de Inteligencia. En el seguimiento de protestas y actividades públicas de personas identificadas con el gobierno iraní como el líder piquetero Luis D’Elía y en el apoyo a los pedidos internacionales de captura en la causa AMIA.
A nivel regional, claro, el interés de Washington es mucho más amplio.
Abundan las preguntas sobre política exterior: “¿Qué tan alta prioridad es América latina para Irán? ¿Irán piensa convertirse en un actor clave en América latina? Específicamente, ¿qué países, grupos e individuos son vistos por Irán como facilitadores en la región? ¿Qué países aparecen como el foco de los esfuerzos iraníes para lograr avances políticos, diplomáticos y económicos en la región, y dónde planea una expansión? ¿Cuáles son los temas domésticos, políticos, económicos o sociales que puedan impactar su vinculación en América latina”.
Preguntas sobre Hezbolá: “¿Teherán y Hezbolá comparten objetivos en la región? ¿Cuáles serían las intenciones y capacidades de Irán para fortalecer los objetivos de Hezbolá en la región?”.
Preguntas sobre espionaje: “¿A qué nivel Irán y sus aliados latinoamericanos colaboran en contra de Estados Unidos? ¿De qué maneras Irán ha sido exitoso en agitar más sentimiento antiestadounidense en la región? ¿A qué nivel Irán y Latinoamérica comparten información de Inteligencia? ¿Irán ha provisto entrenamiento de inteligencia en la región?”.
Preguntas de economía: “¿Cómo está haciendo Irán para sortear sanciones económicas a través de sus vínculos en la región? ¿Qué clase de relaciones comerciales y financieras se están de-sarrollando entre Irán y la región? Las sociedades comerciales con Irán ¿dan ganancia? ¿Qué países han expandido su comercio con Irán? Estos acuerdos comerciales ¿se refieren a bienes específicos o sectores? ¿Hay algún indicio de intercambio, incluyendo materiales o tecnología, que podría usarse para el desarrollo de armamento por parte de Irán?”.
Más preguntas de Venezuela: “¿Qué pasa con la renovación de los motores de los aviones F-5 venezolanos, el contrato de Irán con Venezuela para construir fábricas de municiones y el acuerdo con Venezuela para procurar de Irán vehículos aéreos no piloteados (UAVS, en inglés) y aviones livianos iraníes?”.
El orgullo herido del vendedor que ha perdido a un viejo cliente tiñe la siguiente pregunta: “¿Cuál es el nivel de satisfacción con respecto a la calidad de los materiales militares y el entrenamiento que ha recibido de Irán?”.
Preguntas y más preguntas. Sobre el programa de visas Ecuador, sobre los contactos de los espías iraníes y la Guardia Revolucionaria en la región. En un momento se pregunta si Irán colabora con los países de la región en la lucha antidroga. En otro pregunta si Irán está involucrado en narcotráfico. Pregunta: “¿Qué hacen los conversos latinoamericanos, u otros estudiantes de adoctrinamiento iraní, cuando regresan a la región de su entrenamiento en Irán?”.
Hay que seguirlos para contestarlo.
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