EL MUNDO › EL REGIMEN LIBIO LANZO UN NUEVO CONTRAATAQUE PARA RECUPERAR CIUDADES Y CONTENER A LA OPOSICION
Las fuerzas leales al dictador emboscaron a los rebeldes en Bin Jawad, impidiendo que se abran camino hacia su ciudad natal y feudo. Hubo información contradictoria de quién tiene el control de varias localidades.
El régimen libio intentaba ayer recuperar el control con ataques aéreos contra los rebeldes en ciudades del este y combates terrestres en localidades del oeste como Zawiya y Misurata, informaron la cadena qatarí Al Jazeera y agencias internacionales. La insurgencia pudo constatar que viajar a Sirte, lugar de nacimiento de Muammar Khadafi, resultaba un objetivo violento y peligroso.
La contraofensiva de las tropas leales a Khadafi con una emboscada a los rebeldes en Bin Jawad, a medio camino entre Sirte y la terminal petrolera de Ras Lanuf –que fue igualmente bombardeada– contuvo el avance opositor por la costa libia. Y forzó el repliegue de Sirte, que tiene un peso simbólico y estratégico en este conflicto. Es la ciudad natal del dictador, donde miembros de su clan se prometieron que lucharán hasta el final. La caída de este feudo representaría un fuerte golpe al régimen y les levantaría la moral a los opositores, al mismo tiempo que les abriría el paso a Trípoli, la capital-bastión del gobierno.
Las fuerzas de Khadafi lanzaron un ataque en tres puntos: Zawiya, a 92 kilómetros al suroeste de la capital; Misurata, al este de Trípoli, y la mencionada Bin Jawad, ubicada a un centenar de kilómetros al este de Sirte. Los intensos combates obligaron a los rebeldes a retirarse de Bin Jawad, a unos 30 kilómetros de Ras Lanuf, desde donde habían esperado avanzar hasta la ciudad natal del dictador. Según fuentes médicas esos combates dejaron al menos dos muertos y 30 heridos, entre ellos un periodista francés.
En Misurata (150 kilómetros al este de la capital, tercera ciudad del país), los tanques de los leales al régimen bombardeaban la ciudad, indicaron residentes, pero la localidad seguía bajo el control opositor, según uno de éstos y un habitante. “Los tanques disparan hacia el centro de la ciudad, cerca del local de la radio. Los habitantes no tenemos armas. Si la comunidad internacional no interviene, habrá una carnicería”, declaró por teléfono un habitante. Al caer la noche, la ONU pidió un “acceso urgente” a Misurata, para ayudar a las víctimas “heridas y moribundas” de los bombardeos.
A todo esto, la televisión estatal anunció que los militares leales al régimen junto a mercenarios se dirigían a Benghazi, la segunda ciudad del país e ícono de la revuelta opositora, situada a unos 1000 kilómetros al este de Trípoli. El ejército libio intentó en los últimos días lanzar una contraofensiva para detener el avance de los insurgentes, bombardeando Ajdabiya y Brega, al oeste de Benghazi. Los rebeldes, una mezcla de jóvenes sin verdadera experiencia de combate y de militares que se unieron a la oposición, lograron pese a todo avanzar hasta la ciudad petrolera de Ras Lanuf.
El canal estatal Al Libya aseguró que las fuerzas pro Khadafi habían recuperado Ras Lanuf, así como Misurata y hasta la ciudad de Tobruk, todas entre Trípoli y la frontera con Egipto. Dijo el vicecanciller libio Jaled Kaarim que “Zawiya, Misurata y Ras Lanuf están bajo control nuestro”. Pero los insurgentes, que desde el 17 de febrero se alzaron contra el hombre que gobierna el país desde hace 42 años, negaron de inmediato validez a esos informes.
En Ras Lanuf, la agencia France Press comprobó que esa ciudad seguía en manos de los insurrectos que la habían tomado el sábado, aunque ayer por la mañana la aviación de Khadafi llevó a cabo dos ataques. Los bombardeos no dejaron víctimas, según los primeros informes, aunque provocaron movimientos de pánico en la población, que corría por las calles en busca de refugio. En el resto de los lugares era difícil constatar en manos de quién estaban.
El primer intento internacional de contactar con la dirección rebelde libia fracasó por una aparente falta de formas, tras ser detenidos y repatriados por el Consejo Nacional un diplomático británico y su escolta militar por entrar en Libia “de manera ilegal” (ver aparte).
Mientras tanto en Trípoli, el régimen orquestó una manifestación de apoyo a Khadafi para celebrar la “victoria”. Soldados, policías y milicianos dispararon al aire para expresar su alegría. “Ganamos. Al Qaida se fue”, afirmaba un soldado. En el centro, entre 4000 y 5000 personas partidarias del líder libio se congregaron en la plaza Verde. Al Jazeera informó que en la capital se oyeron disparos. Nadie aclaró el origen de los mismos. Khadafi, de 68 años y en el poder desde 1969, advirtió que la crisis en Libia podría crear una estampida hacia Europa de migrantes africanos y asiáticos que trabajan en su país. Más de 100.000 personas huyeron de Libia tan sólo por la frontera con Túnez desde el 20 de febrero, según la ONU. En total, 191.000 personas abandonaron el país y unas 10.000 se dirigían hacia la frontera egipcia, según la misma fuente. El coronel se declaró favorable a que una comisión de investigación de Naciones Unidas o la Unión Africana evaluara la situación humanitaria.
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