EL MUNDO › SEÑALES DESCONCERTANTES TANTO DE KHADAFI COMO DE LA OPOSICION
Existe poca evidencia de que el régimen apunte deliberadamente contra civiles. Los rebeldes carecen de estrategia militar.
› Por Kim Sengupta *
El ataque aéreo hizo dar trompos al camión Toyota y lo sacó del camino hacia un campo polvoriento. Los cuatro miembros de una familia fueron sacados del camión y puestos en una ambulancia, pero ya era tarde: estaban muertos. Ayer, el camión blanco estaba abandonado al costado del camino –13 kilómetros al este de la ciudad de Ras Lanuf, las puertas manchadas con sangre y agujeros de metralla, el parabrisas y los neumáticos destrozados–.
Las muertes eran sólo unas pocas en un creciente número de muertos en el cada vez más sanguinario conflicto. Ayer la fuerza aérea del régimen realizó seis ataques, incluyendo uno cerca de un edificio de departamentos en Ras Lanuf, que no dejó muertos. Una segunda bomba no detonó y quedó tirada en el pavimento, mientras la gente caminaba al lado. Los rebeldes o Shabaab no tienen especialistas en bombas.
El uso de aviones de guerra por el régimen se ha convertido en una tema altamente emotivo, pero contrariamente a lo que afirman algunos en el movimiento de protesta, hay poca evidencia para poder demostrar que los civiles son deliberadamente un objetivo. Todos los ataques con bombas y misiles –con la excepción de uno cerca de los departamentos en Ras Lanuf– fueron apuntados a lugares alejados de grandes reuniones.
Los dos aviones de guerra Sukhoi lanzaron bombas a 6 metros de donde estaba con un colega el domingo pasado, que no detonaron, pero nos llenaron de polvo y escombros. Las tácticas usadas por el régimen no quedan claras. Si el poder aéreo es usado puramente como un arma psicológica entonces está haciendo efecto –los pone muy nerviosos a los rebeldes–. Si el objetivo es evitar una “zona de exclusión” al minimizar los muertos desde el aire, entonces es improbable que tenga éxito.
Los rebeldes dan varios motivos para explicar el fracaso de los pilotos para bombardearlos. El coronel Abdul Jawad Al-Misari, quien está cargo de la defensa aérea en Ras Lanuf, sostiene que es debido a la efectividad de sus misiles antiaéreos. Pero estos son SAM 7 y similares de la misma época y de uso limitado contra los modernos aviones de guerra.
Otro oficial de Shabaab, Yunis al-Elwai dio otra explicación: “Es porque son pilotos libios y prefieren eyectarse de los aviones y estrellarlos para no llevar a cabo los bombardeos. Khadafi también usa pilotos extranjeros mercenarios y ellos sí matan gente”. Sin embargo el liderazgo rebelde, adepto a las noticias de los medios globales, tiene que mostrar a algunos de estos pilotos desertores. El único avión de guerra derribado hasta ahora era volado por un tunecino y un sudanés.
Sin embargo, las tácticas de los rebeldes también son desconcertantes. Después de rechazar el intento del régimen de recapturar Brega –un importante centro petroquímico–, la milicia de la oposición, envalentonada, tomó Ras Lanuf, un puerto petrolero. Delante de ellos está Bin Jawad, un punto estratégico en el camino a Sirte –el lugar natal de Khadafi y su bastión–, así como la capital, Trípoli, estaban abiertas, con las tropas del régimen en retirada.
The Independent había llegado a Bin Jawad el sábado y encontró la ciudad vacía de fuerzas leales y a un grupo de hombres esperando pacientemente en la entrada para saludar a los rebeldes. Cuando se le contó sobre la situación, el mayor Selim Idris, de las fuerzas rebeldes, dijo: “Los hombres de Khadafi está desmoralizados. Muchos de ellos vendrán con nosotros. Esta noche nos consolidaremos en Bin Jawad”.
Pero en cambio, después de ir a la ciudad y celebrar con la población local –con muchos disparos al aire– los combatientes opositores decidieron regresar a Ras Lanuf. “No había mucha comida en Bin Jawad: no había buenos lugares para dormir, así que se decidió que volviéramos”, dijo Ali Abdulahi, uno de los combatientes. “Nadie nos detuvo.” A la mañana siguiente, el Shabaab regresó a Bin Jawad, a una buena y feroz emboscada, perdiendo 60 hombres. No han podido regresar a la ciudad desde entonces y ahora se encuentran defendiendo desesperadamente Ras Lanuf.
Cuando se le preguntó por qué la ventaja táctica se perdió, el coronel Bashir Abdur Gadir, un comandante rebelde, dijo: “No usamos tácticas militares. Nuestras tácticas son revolucionarias. Esta es la naturaleza de la revolución del pueblo. No se puede controlar. Sólo el 10 por ciento de nosotros somos soldados profesionales”.
* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Celita Doyhambéhère.
(Versión para móviles / versión de escritorio)
© 2000-2022 www.pagina12.com.ar | República Argentina
Versión para móviles / versión de escritorio | RSS
Política de privacidad | Todos los Derechos Reservados
Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux