EL MUNDO
› LA PROPUESTA FRANCO-ALEMANA AGRAVA LAS FRACTURAS POR IRAK
Ira del Imperio ante el Mal europeo
La OTAN afronta una nueva crisis hoy, en una reunión en que debe decidir sobre un pedido norteamericano de ayuda a Turquía contra un eventual ataque iraquí. Bélgica anticipó su veto, y EE.UU. criticó con enojo una propuesta franco-alemana para evitar la guerra.
Por Ian Black, Richard
Norton-Taylor y
Julian Borger
Desde Bruselas, Munich
y Washington
La administración Bush reaccionó con ira ayer a una iniciativa franco-alemana para extender las inspecciones de armas en Irak, describiendo el plan como un intento poco disimulado de descarrilar el cronograma de guerra estadounidense. Con las relaciones entre los tres países en caída libre, los líderes de ambos lados de la fractura no intentaron esconder su creciente desprecio mutuo. Colin Powell, el secretario de Estado norteamericano, llamó ayer a París y Berlín a estudiar la resolución de la ONU que ellos mismos habían respaldado. “Lo que Francia debe hacer y lo que pienso que Alemania debe hacer... es leer la 1441 de nuevo.”
El plan franco-alemán, revelado el fin de semana, triplicaría el número de inspectores de la ONU y los respaldaría con vuelos de vigilancia. Un informe que no ha sido confirmado dijo que miles de tropas de la ONU serían enviadas a Irak para respaldar a los inspectores. La aparición del plan a sólo días de que se espera que Estados Unidos presione a la ONU en favor de una acción militar fue recibida con una ira sin atenuantes en la Casa Blanca. Como para acentuar la irritación, Berlín dijo que sometería el plan ante el Consejo de Seguridad el viernes, pocas horas después de que el Dr. Hans Blix, jefe de los inspectores de armas, presente su crucial informe.
Colin Powell descartó rápidamente la iniciativa. “No creo que el próximo paso deba ser: ‘Mandemos más inspectores para que les metan el perro’. Triplicar el número de inspectores no resuelve el asunto. La idea de más inspectores, de zonas de exclusión aérea, o lo que sea que esté en esta propuesta que está siendo desarrollada es una distracción, no una solución.”
El plan franco-alemán amenaza constituirse en una complicación seria para Washington, que quería que la reunión del viernes del Consejo de Seguridad formulara una sola pregunta: ¿está Saddam Hussein desarmándose o no? Diplomáticos estadounidenses y británicos propondrían entonces una segunda resolución, que representaría un mandato para la acción militar. Esta inesperada tercera opción embarra la cancha.
Para empeorar las cosas para Washington, Rusia respaldó anoche una extensión del tiempo para los inspectores de armas. Hablando luego de una reunión con el canciller alemán Gerhard Schroeder, el presidente ruso Vladimir Putin declaró: “Estamos convencidos de que deben seguir de manera persistente los esfuerzos en pos de una resolución pacífica con relación a Irak”.
La ira estadounidense se vio acicateada por el hecho de que lo primero que supo de la iniciativa apareció en una nota del semanario alemán Der Spiegel. Francia insistió en que el plan no era nuevo ni secreto, sino una extrapolación del llamado de la semana por su canciller, Dominique de Villepin, en favor de más inspectores y el respaldo de aviones espías.
El humor transatlántico ya era horrible antes de que aparecieran noticias del plan. Donald Rumsfeld. secretario de Defensa norteamericano, chocó públicamente con Joschka Fischer, el ministro verde de Relaciones Exteriores de Alemania, cuando ambos atendían una conferencia de seguridad en Munich. Rumsfeld, un prominente halcón norteamericano, dijo que no era sorprendente que la opinión pública en Alemania y Francia estuviera contra la guerra, cuando sus gobiernos también lo estaban. Fischer replicó: “En una democracia, hay que probar los argumentos. Perdóneme, pero no estoy convencido”.
Fuentes británicas rechazaron rápidamente la movida franco-alemana. “No compramos esta idea –dijo un alto funcionario–. Es el enfoque equivocado. Lo que necesitamos es una cooperación sustancial por parte de los iraquíes.”
El choque entre Estados Unidos y lo que Rumsfeld despreciativamente calificó como “la vieja Europa” estallará hoy en una crucial reunión de laOTAN que amenaza el futuro de la Alianza. Se ha abierto una fractura muy pública a partir de un pedido de Estados Unidos de que la OTAN prepare la defensa de Turquía contra un ataque iraquí. Alemania, Francia y Bélgica están posicionadas para bloquear iniciativas para enviar a Turquía aviones AWACS y misiles Patriot por el medio de formular objeciones antes de que la decisión entre hoy en vigor. George Robertson, secretario general de la OTAN, presionó a los tres el jueves, esperando que sucumbirían a la presión de sus pares de los restantes 16 miembros de la OTAN. Pero su apuesta parece haber fallado. Louis Michel, canciller de Bélgica, adelantó ayer que su país vetará el pedido de ayuda, y diplomáticos en Bruselas dicen estar resignados a una nueva crisis de la Alianza.
Rumsfeld atacó a los tres por lo que calificó de una conducta “inexcusable” que estaba “más allá de toda comprensión”. “El problema, ahora –dijo anoche un diplomático–, es que los enfrentamientos se están volviendo personales.”
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