El presidente yemení, Alí Abdalá Saleh, no se va. En una intervención que realizó ayer en el Palacio Presidencial en Sanaá, afirmó que resistirá en el poder pese a las manifestaciones diarias contra su régimen. “Les reiteramos que permaneceremos firmes como las montañas de Abian, Dofar y Nogom y el viento no nos sacudirá en absoluto porque estamos aferrados a la legalidad constitucional y no aceptamos ni la conspiración ni las intentonas golpistas”, expresó ante un auditorio integrado, en su mayoría, por mujeres. Las palabras de Saleh llegan luego del fracaso del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas en elaborar un documento consensuado sobre la crisis yemení.

Al menos una persona falleció ayer y otras dos resultaron heridas producto del ataque con balas de plomo que un hombre realizó contra una multitud que protestaba contra Saleh y su gobierno en la ciudad de Al Hudaida, en el oeste del país. Los ataques y la represión sobre las manifestaciones en reclamo por cambios gubernamentales costaron la vida de al menos 130 personas desde enero.

Pese a las cifras que no cesan de crecer, y el descontento social que no se calla, el presidente yemení no da el brazo a torcer. En el marco del discurso que ofreció ayer, se negó a negociar el fin de su gobierno y remarcó: “El que desea el poder o llegar al sillón presidencial debe dirigirse a las urnas de votación, pues el cambio y la partida (del poder) se produce mediante las urnas y en el marco de la legalidad constitucional”.

En relación con las personas que lo estaban escuchando –en su mayoría, mujeres– destacó: “Esta es la mujer yemení, ésta es la calle yemení, que expresa su apego a la legalidad constitucional y que ha dicho no al caos, no a los intentos golpistas, no a la traición, no al complot, no al odio y no a la mentira”. El pasado 22 de marzo, Saleh anunció su disposición a entregar el poder antes de que termine este año, pero la oposición pide su salida inmediata.

Según informó la cadena de noticias Al Jazeera, los miembros del Consejo de Seguridad de la ONU debatieron el caso yemení el martes, en una reunión que mantuvieron en Alemania, pero no lograron cumplir con los objetivos impuestos. La meta era redactar un documento consensuado que instara a las autoridades del país en conflicto a moderar su acción violenta contra las protestas y a entablar un diálogo político con la oposición, pero no llegaron a ningún acuerdo.

Poco más de una semana atrás, los principales partidos opositores yemeníes rechazaron una propuesta de diálogo de los países del Consejo de Cooperación del Golfo Pérsico (CCG), que incluía el abandono del poder del mandatario sin establecer fechas. Para Munir al Mawri, un periodista local, la espalda del CCG tiene una importancia fundamental en el desenlace del conflicto. “Saleh no podrá gobernar sin el apoyo de los pérsicos”, aseguró a la cadena de noticias árabe.