EL MUNDO › CASI DOS AñOS DESPUéS DE SU DERROCAMIENTO, LLEGA HOY DESDE NICARAGUA
La repatriación de Zelaya surge de un acuerdo con el actual mandatario hondureño, Porfirio Lobo, y la promesa de que su vuelta permitirá la reincorporación de la nación centroamericana a la Organización de Estados Americanos.
El ex presidente de Honduras José Manuel “Mel” Zelaya armó las valijas y ayer por la tarde abandonó República Dominicana. Acompañado del canciller de Venezuela, Nicolás Maduro, y el presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, el ex mandatario llegará esta mañana a su país, del que huyó hace casi dos años derrocado por un golpe de Estado cívico-militar. “Vuelvo a la lucha política, pacífica y democrática”, expresó Zelaya antes de partir hacia la capital nicaragüense, parada veloz antes del destino final. Se espera que una multitud lo reciba en el aeropuerto de Toncontín de Tegucigalpa. Tras un intento de regreso fallido –una persona murió producto de la represión gubernamental desatada entonces–, la aparentemente definitiva repatriación de Zelaya surge de un acuerdo con el actual mandatario hondureño, Porfirio Lobo, y la promesa de que su vuelta permitirá la reincorporación de la nación centroamericana a la Organización de Estados Americanos (OEA).
Antes de partir, con su esposa y sus hijos, Zelaya compartió una reunión con el presidente dominicano, Leonel Fernández, para agradecerle la estancia que el país le brindó a la familia hondureña. “Fue una acción muy valiente el habernos refugiado aquí”, consideró ante la prensa local el ex mandatario, en referencia a la actitud de República Dominicana de ofrecerle asilo político. “Mi esposa, mi familia y yo queremos expresar nuestro agradecimiento por todo el afecto, todo el amor y el apoyo que hemos recibido durante estos meses. Expresamos toda nuestra gratitud por los gestos de cariño”, añadió.
Zelaya abandonó la casa de gobierno dominicana en helicóptero rumbo al aeropuerto al que arribó 16 meses atrás, cuando Fernández negoció su salida de Honduras –permaneció refugiado cuatro meses en la Embajada de Brasil en Tegucigalpa–. Entonces, el ex mandatario decidió no regresar a su país hasta tanto la Justicia no clausurara una serie de juicios que había abierto en su contra por supuesta corrupción.
Lobo accedió a ese pedido y dejó sin efecto los procesos a principios de mes. Es que el retorno de Zelaya a Honduras era la condición que la OEA exigía para levantar la suspensión que había aplicado al país desde el golpe de Estado.
Antes de llegar a Tegucigalpa, el vuelo que devuelve a Zelaya a su tierra aterrizará a la madrugada en Nicaragua para sumar a Ortega y a Maduro al avión. La plaza ubicada al lado del aeropuerto de Toncontín será el escenario de los festejos por el regreso del ex mandatario, organizados por el espacio político que integra, el Frente Nacional de Resistencia Popular (FNRP). Cabe recordar que en ese lugar murió el joven Isis Murillo, asesinado por militares en julio de 2009, cuando Zelaya intentó regresar a Honduras por primera vez después del golpe que lo derrocó un año antes.
Según aseguraron miembros del partido, una multitud se concentrará en esas inmediaciones. “Vienen de los 18 departamentos (del país) y del departamento 19 (Estados Unidos, donde vive una multitudinaria comunidad hondureña)”, expresó el dirigente campesino Rafael Alegría, integrante del FNRP. También participarán de los festejos algunas personalidades internacionales, como el secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, y la canciller de Colombia, María Angela Holguín. La mujer llegará en representación del presidente colombiano, Juan Manuel Santos, quien junto a su par venezolano, Hugo Chávez, mediaron las negociaciones de retorno. Luego, Zelaya, Maduro, Holguín, Ortega e Insulza acudirán al almuerzo protocolar con el que el actual presidente hondureño recibirá al recién venido.
El secretario general del Sistema de la Integración Centroamericana (SICA), el guatemalteco Juan Daniel Alemán, celebró el regreso: “Es un paso en la dirección correcta. Hay que celebrarlo desde todo punto de vista”, remarcó.
Pese a la algarabía por su retorno, un hermano del ex mandatario admitió que existe temor por su seguridad. “El país vive un clima de inseguridad a todo nivel y tenemos temor de que pueda pasar algo”, apuntó Carlos Zelaya. Su preocupación se suma a la denuncia que realizó la esposa del ex presidente, Xiomara Castro, quien semanas atrás afirmó que existía un complot para asesinarlo.
En Honduras fueron asesinados doce periodistas en el último año y medio, desde que asumió la presidencia Lobo el 27 de enero de 2010, y casi tres decenas de dirigentes campesinos en el Bajo Aguán, por conflictos con terratenientes de la región.
Zelaya fue elegido presidente en 2005 luego de derrotar en las internas del Partido Liberal a Roberto Micheletti y en las generales a Porfirio Lobo, actual mandatario por el Partido Nacional, en un comicio que enfrentó a las dos fuerzas tradicionales y conservadoras de Honduras. El 28 de junio de 2009, cuando Zelaya llevaba a cabo un referendo popular para modificar la Constitución, fue derrocado por un golpe de Estado avalado por el Ejército, el Poder Legislativo, la Corte Suprema, la Iglesia Católica y la cúpula empresarial. El mandatario derrocado fue trasladado a Costa Rica. Nombrado por el Congreso, Micheletti gobernó el país hasta enero de 2010, cuando asumió Lobo, cuya presidencia no es reconocida por varios países de América latina por haber surgido de elecciones llevadas a cabo en el marco de un gobierno de facto.
Con Zelaya en Honduras, sólo formalismos separan al país de su reincorporación a la OEA, que le permitirá recibir nuevamente créditos y ayuda extranjera, algo vital para un país donde el 70 por ciento de sus casi ocho millones de habitantes están sumidos en la pobreza y sobreviven con cuatro dólares al día o menos, según cifras oficiales.
Pero además de la vuelta a la OEA, Lobo también acordó que con el retorno del ex mandatario, Honduras reconstruirá su participación en Petrocaribe, la petrolera impulsada por Venezuela que ofrece precios preferenciales para los combustibles. Zelaya se había sumado a Petrocaribe, pero Michele-tti le había dado la espalda por considerarla una intromisión chavista inaceptable.
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