Desde Lima

Luego de la derrota electoral de Keiko Fujimori, el fujimorismo ha puesto en marcha un plan B para lograr la libertad de su jefe. Perdida la carta de la presión desde el poder a la Justicia para liberar al ex dictador, ahora apuestan por un indulto en el actual gobierno. Y para eso han recurrido a sus aliados en la administración de Alan García, quien ha mantenido muy buenas relaciones con el fujimorismo. Desde el gobierno de García ya se han escuchado voces proponiendo un indulto a Alberto Fujimori, condenado a 25 años por crímenes de lesa humanidad y corrupción. La maniobra pretende sacar adelante el indulto antes del 28 de julio, cuando asume la presidencia Ollanta Humala. La operación para liberar a Fujimori comenzó apenas dos días después de la derrota electoral de la hija del ex dictador.

En el Tribunal Constitucional (TC) está pendiente de resolverse un recurso para anular el fallo judicial en segunda instancia que confirmó la sentencia de 25 años al ex dictador. Sospechosamente, el TC decidió esperar el resultado electoral para tomar una decisión. Si la anulación procede, el caso volvería a la Justicia, que podría anular la sentencia a Fujimori y éste quedaría libre. La apuesta fujimorista era ganar las elecciones y desde el poder presionar a los organismos judiciales para lograr la anulación de la sentencia y la libertad de su líder. Esa apuesta se perdió con la derrota electoral. Entonces se pasó al plan B.

El encargado de poner en marcha el plan fujimorista fue el congresista del oficialista partido aprista José Vargas. El martes, cuando no habían pasado 48 horas de la derrota de Keiko Fujimori, Vargas salió a los medios a pedir un indulto para el encarcelado ex dictador. Se amparó en supuestas razones humanitarias. “El presidente (García) podría darle un indulto a Fujimori, desde el punto de vista de que es un anciano que se encuentra enfermo. En este momento pueden existir elementos que justifiquen un indulto”, lanzó Vargas. Desde el gobierno dijeron que la propuesta de Vargas había sido hecha a título personal y que el tema no estaba en la agenda, pero no hubo un pronunciamiento claro para descartar esa posibilidad. Vargas no es un miembro cualquiera del oficialismo. Es considerado muy cercano al presidente García y ha sido jefe de la bancada parlamentaria oficialista.

Desde los predios del presidente electo se rechazó un posible indulto a Fujimori. Unos días antes de su elección, Humala había declarado que por razones humanitarias Fujimori podría ser indultado, pero sus colaboradores se apresuraron a aclarar que esa declaración se refería a un supuesto de enfermedad grave terminal que no se presenta.

Jugando en pared con José Vargas, los fujimoristas salieron a decir que Fujimori se encontraba muy mal de salud, lo que justificaría el llamado indulto humanitario. “Lo veo muy flaco. Me preocupa. Si su estado de salud se está deteriorando, yo le aconsejaría pedir el indulto”, dijo Santiago Fujimori, congresista y hermano del ex dictador. Alberto Fujimori tiene un cáncer en la lengua, pero la enfermedad estaría controlada según los informes médicos. Días antes de las elecciones, Keiko Fujimori aseguró que su padre estaba “muy bien de salud”. Luego de la derrota electoral, su discurso cambió. Ahora hablan de un grave deterioro de su salud.

En los organismos de derechos humanos se prendieron las alarmas ante la propuesta de indulto al ex dictador salida del oficialismo. “Este pedido de indulto a Fujimori es parte de la estrecha alianza del fujimorismo con un sector del gobierno. Nos preocupa que el presidente García sea quien lidera ese sector del gobierno aliado al fujimorismo. Nuestro temor de que se pueda dar el indulto es que García siempre ha estado dispuesto a ayudar a Fujimori y ha criticado la condena en su contra”, le dijo a Página/12 Carlos Rivera, del Instituto de Defensa Legal y abogado de las víctimas durante el juicio a Fujimori por violaciones a los derechos humanos. “Un indulto iría contra la legislación internacional en derechos humanos.”