El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, dijo anoche en un discurso que retirará 33 mil soldados norteamericanos estacionados en Afganistán. De acuerdo con el mandatario, 10 mil soldados serán traídos de vuelta este año y otros 23 mil que restaban del aumento de efectivos que hubo en 2009 volverán al final del próximo verano boreal. De esta forma, para septiembre de 2012 habrán vuelto 33 mil efectivos. “Luego de esta reducción inicial, nuestras tropas continuarán volviendo a casa a un ritmo persistente y las fuerzas de seguridad afganas retomarán el control. Nuestra misión se tornará de combate a apoyo”, dijo el presidente. Obama estimó que el proceso de transición estará completo para 2014 y que la gente de Afganistán será la responsable de su propia seguridad.

Tras esta retirada, aún permanecerán en Afganistán 68 mil soldados. En una clara alusión a las presiones domésticas, Obama dijo que mientras el gobierno federal gastó más de un billón de dólares en guerra durante la última década, ahora se concentrarán en el sector social. “Debemos invertir en el recurso más grande que tienen los Estados Unidos, la gente, creando trabajos, reconstruyendo infraestructura y encontrando nuevas fuentes de energía.” El presidente dijo que con este anuncio Estados Unidos cumplió con su promesa. Este plan de retirada fue más drástico de lo que funcionarios del Pentágono esperaban, lo que refleja presiones fiscales y políticas. El mensaje llega en un momento en que crece el escepticismo en torno de la guerra. Una encuesta difundida por el sitio norteamericano Político afirmó que un 56 por ciento quiere el regreso de las tropas al país, contra un 40 por ciento del año pasado.